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Cristales de tiempo

11/01/2021
 Actualizado a 11/01/2021
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A punto de titular este artículo como ‘La lluvia engelante’ (fenómeno meteorológico que impera en estos días) nos llegan las imágenes del Capitolio de los USA, en Washington, con la multitud arrasando el templo de la democracia. Recuerdan lo de Barcelona hace 3 años, cuando los separatistas catalanes boicotean su parlamento. Es la lluvia (protesta popular) que pude resultar beneficiosa, pero no si, al llegar al suelo, lo encuentra gélido y se convierte en cristal.

Pero, inmersos en esta pandemia del Covid 19, aunque contentos de seguir vivos, no es momento de lamerse las heridas sino de mirar al futuro. Y al cronista le ha dado por pensar. («Mas pensadores y menos tertulianos» pide nuestro leonés Luis Mateo Díez). Y, no sabe por qué, se ha puesto a escuchar el 3er. acto de ‘Nabuco’ de Verdi, en el que los esclavizados judíos, sometidos a Nabucodonosor, recuerdan a su patria natal. Titulado ‘Va pensiero’ (Vete, pensamiento) dice algo así: «Vuela, pensamiento mío / abre tus doradas alas / y ve a posarte en las praderas y en las colinas /donde habitan tibios y suaves, los perfumes / de mi tierra natal».

Pero el pensamiento, como el tiempo, si se van no regresan jamás, y no sabremos si han cumplido, o no, con el encargo. Los recuerdos cristalizan al tocar el olvido. No son mucho de fiar. Aunque al tiempo, los investigadores de Granada, lo quieren convertir en cristales, siguiendo el rumbo de las enseñanzas del premio Nobel Frank Wilczek, quien a su vez, le hacía caso al gran Einstein, cuando decía que el tiempo es de alguna forma flexible y está inextricablemente unido al espacio infinito.

Cristales de tiempo. Lluvia engelante. Populismos al servicio de alguna mente retorcida, empeñada en cargarse la libertad a base de congelar las mentes en las que las consignas caen como lluvia beneficiosa y se convierten en planchas incapaces de permitir que germinen las ideas que darán en su día el fruto necesario para que pueda avanzar la humanidad hacia esa anhelada patria de la Igualdad y la Fraternidad. «Vuela, pensamiento mío / Saluda a las riberas del Jordán /y las derruidas torres de Sión / ¡Oh, mi patria bella y perdida! ¡Oh recuerdo querido y fatal!» Cristales rotos que jalonan el camino de quienes nos vemos obligados a sobrevivir tan lejos del hogar, y en una patria en la que sus dueños comienzan a mirarnos con desconfianza como si fuéramos a robarles algo que ni siquiera sabemos lo que es. Más pensadores honestos, firmes en sus principios y dispuestos a guiar al pueblo hacia su bienestar, y menos políticos de vaivén.
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