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Crímenes de lesa humanidad

30/05/2021
 Actualizado a 30/05/2021
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Cualquier conflicto bélico, ante todo y sobre todo, va contra la humanidad. Israel bombardea la franja de Gaza mientras desde ahí la organización yihadista Hamás dispara cohetes hacia territorio israelí. La única forma de detener este horrible dúo de violencia y desplazamientos forzosos es poniendo fin a la ocupación ilegal de Palestina por parte de Israel, y a su despiadada opresión al pueblo palestino. Como única justificación de derecho a defenderse, el ejército israelí ya ha matado unos cientos de palestinos, más de sesenta entre niños y niñas. Las tensiones se están intensificando muy rápidamente. Todo tiene su origen en la ocupación ilegal de Palestina por parte de Israel y en décadas de opresión violenta hacia el pueblo palestino. Human Rights Watch, una de las organizaciones de derechos humanos más respetadas del mundo, acaba de concluir que son «crímenes contra la humanidad».

Es posible que la única forma de romper este horrible círculo de expulsiones forzosas a los palestinos de sus hogares y el castigo colectivo diario a familias inocentes por parte de Israel, el lanzamiento de proyectiles por parte de Hamás y el bombardeo indiscriminado israelí sobre Gaza, sea hacer que el coste económico del conflicto sea demasiado alto. Es lo que ayudó a acabar con el apartheid en Sudáfrica, y podría ponerle fin al apartheid aquí.

Tanto Human Rights Watch, como B’tselem (también organización de derechos humanos, la más valorada en Israel), concluyeron recientemente que el gobierno israelí está cometiendo crímenes de lesa humanidad contra el pueblo palestino. Al mismo tiempo, extremistas colonos israelíes callejean al unísono grito de «muerte a los árabes», quemando miles de olivos de los que dependen muchos palestinos para sobrevivir. Parece como si reviviésemos el holocausto de los nazis, pasando ahora los judíos de víctimas a verdugos.

Imponer sanciones no implica demonizar al pueblo israelí. Pero no hay duda de que el Gobierno de Israel, con uno de los ejércitos más potentes del mundo, es la figura de máximo poder en la zona. Israel tiene un absoluto dominio de la tierra, el aire, el agua, la comida e incluso la libertad de movimiento de todos los palestinos. Durante setenta años Israel ha castigado, desalojado y discriminado a millones de personas en Palestina cuyas vidas controla totalmente. El Gobierno israelí cree que tiene luz verde para seguir cometiendo estos crímenes y aplastar al pueblo palestino impunemente. En contra de ello se han probado prácticamente todas las herramientas posibles para detener la opresión israelita sobre el pueblo palestino. Pero sanciones específicas que incluyan cosas como los diamantes de sangre israelíes, un boicot a la venta de armas (Israel vende armas a algunos de los regímenes más crueles del mundo), así como sanciones tecnológicas y culturales (tal como prohibir la participación de Israel en eventos deportivos), podrían ser el primer paso para traer la libertad a Palestina y paz a la región.

La comunidad judía ha estado terriblemente oprimida desde siglos y aún persiste el antisemitismo en todo el mundo. Es preciso luchar también contra ese odio. Pero, seamos claros, ahora se trata de proteger la igualdad y los derechos humanos básicos. Hay que asegurar que la comunidad internacional no sea cómplice de décadas de opresión sistemática, a las que el Gobierno de Israel está sometiendo al pueblo palestino, como los nazis la cometieron con una purga política contra los judíos, iniciada en aquella cruel y funesta noche de los cuchillos largos.
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