«Cosas maravillosas»

Este noviembre se cumple un siglo del día en que un niño que llevaba agua a los arqueólogos de Howard Carter se tropezó con una piedra en el Valle de los Reyes. El resto es historia: la caída reveló una escalinata que conducía a la tumba de Tutankamón. Mientras el egiptólogo descendía a una cámara sellada durante más de 3.000 años, su mecenas le preguntó por lo que veía. «Cosas maravillosas», respondió.

Es lo que se conoce como serendipia, encontrar fortuitamente algo que al principio no se busca. Algo así me ocurrió al comenzar a trabajar en ‘La Nueva Crónica’: quería un trabajo y hallé un ateneo de periodismo. Les cuento esto al hilo de que hoy se celebra la fiesta de este periódico, la gala de ‘La Negrilla’, y, temiendo que el postureo de esta noche pueda eclipsar a los verdaderos protagonistas, quería reservar este hueco para reconocer la labor de mis compañeros. Unos profesionales que demuestran a diario ser nada más que periodistas y nada menos que periodistas.

David es el alma máter del proyecto y la pluma más lúcida de la prensa leonesa. Alfonso maneja como nadie la cuadratura del titular y, salpimentando talento con esfuerzo, ha logrado ser profeta en su tierra. De Rober me gusta su pragmatismo y de Mirantes la teoría de que la calidad de un periódico es inversamente proporcional al número de corbatas que aparecen. Cris es la imparable todocampista que cualquier equipo necesita y Rosa siempre hace gala de un periodismo de punta en blanco. Los reportajes de Laura, la eficacia de María y Alejandro, o Coca y Jorge demostrando día tras día que se puede ser profesional en la sección de Deportes. Además que, siendo objetivos, no hay objetivos como los de Saúl y Chus.

La buena gente de publicidad y administración, los compañeros del otro lado del Manzanal, corresponsales, becarios y colaboradores habituales, todos me lo han puesto siempre más fácil con su amabilidad y, bien o mal nacido, es para ser agradecido. También por la posibilidad de compartir redacción con leyendas del periodismo provincial como el inimitable Fulgencio, el incombustible Mauri o Joaquín Revuelta, un genio hasta la hora de comer y después todo el día. Respecto a mitos, mención especial a la brillantez de Lolo, que hace muy poco nos dejó. No le olvidamos y tampoco a quienes ahora, por circunstancias o por la vida misma, ya son excompañeros: Teresa, Isa o Sergio me enseñaron más de esto en media hora que cinco años yendo a la facultad.

No digo que el Carnaval de La Bañeza esté escaso de méritos, faltaría más, pero nadie merece tanto la ‘Negrilla de oro’ como quienes hacen posible que este periódico salga cada día a los quioscos. Un pequeño gran equipo que lleva nueve años dando a León… cosas maravillosas.