Corullón: un calvario en vivo

El Jueves Santo vuelve a acoger la tradicional Pasión Viviente en esta localidad berciana cargada de patrimonio e historia

D.M.
12/04/2019
 Actualizado a 15/09/2019
El año pasado, con mucha lluvia, la Pasión siguió adelante. | ASOC. CULTURAL SAN ESTEBAN
El año pasado, con mucha lluvia, la Pasión siguió adelante. | ASOC. CULTURAL SAN ESTEBAN
Cada Jueves Santo la Pasión más real regresa a Corullón. Desde la Asociación Cultural San Esteban tienen claro que ni la lluvia ni el mal tiempo pueden frenar esta tradición, la representación de la pasión viviente que lleva 28 años celebrándose en esta localidad berciana.

El espectáculo es una recreación de las últimas horas en la vida de Cristo. En ella participan unas 60 personas entre los actores y el equipo técnico. Se pone en escena en la travesía de la localidad, la calle más grande del pueblo por la que se hace el recorrido,a partir de las 20:30 horas.

En el prado ubicado a la entrada del pueblo se comienza con la representación de la última ceba, seguida de la oración en el huerto de los olivos, el juicio ante Caifás, el juicio ante Pilatos, la subida al Calvario, la Crucifixión y tiene lugar en ante la iglesia de San Miguel.

Un año más, Borja Ares se mete en el papel de Jesús de Nazaret mientras que el resto de miembros de la Asociación y los vecinos de Corullón se transforman en los soldados romanos, Pilatos, caifás, los ladrones, los apóstoles, Magdalena, la Virgen María y los demás habitantes de Jerusalén.

Corullón se convierte pues en la ciudad santa donde recrea esta Pasión entre todo su rico patrimonio. El evento se ha convertido en todo un acontecimiento en el Bierzo ya que es mucha gente del entorno la que se acerca a ver esta especial celebración de Semana Santa.

Allí podrán además disfrutar de sus tres bellas iglesias medievales, San Miguel, San Esteban y San Pedro, así como degustar platos típicos en los restaurantes, tomar unas limonadas en los bares y aprovechar lo que pueda quedar para recrearse la vista con los cerezos en flor que adornan el paisaje del pueblo.

A los visitantes se les recomienda llegar con antelación al pueblo para poder aparcar en coche en los lugares procedentes. El espectáculo se celebra igualmente aunque haya lluvia, «porque sabemos que se dejamos de hacerlo un año,esta tradición se muere», explica Borja Ares. Y se ha trabajado mucho en estos años para dejar irse a una actividad tan original.
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