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Corrupción e hipocresía

16/02/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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Todo ser humano, incluyendo a los políticos, es un ser corrupto en potencia, puesto que todos estamos contaminados por el pecado original. Ninguna institución, incluidas las religiosas, está libre de que en ella ingresen personas que puedan corromperse. Esto es algo prácticamente imposible impedir. Si nos fijamos en el campo de la política, veremos que es muy difícil evitar que se incorporen a ella personas indignas. En España no se libra nadie, ni siquiera la misma Casa Real. Por lo tanto parece un poco o bastante injusto que solamente se carguen las tintas en algunos, mientras que se es muy condescendiente con otros. Los partidos políticos tan sólo pueden verse libres de corruptos en la medida y proporción en que no han llegado a tocar el poder.

Ciertamente no se está tratando a todos con la misma medida. Así, los diferentes medios de comunicación hacen más hincapié en unos casos que en otros. Ni siquiera la justicia parece tratar a todos de la misma manera. Pero sobre todo resulta muy hipócrita el hecho de que algunos se fijen más en la paja en el ojo ajeno que en la viga que hay en el propio.

Lo peor que puede ocurrir no es el hecho de que haya corruptos en un partido político, sino que se encubra la corrupción y quede impune. Por supuesto que los corruptos deben ser expulsados y castigados. Pero, si la corrupción es descubierta y se castiga adecuadamente, ya se ha dado el paso más importante. Realmente quienes en el Partido Popular y en los otros partidos han tenido un comportamiento delictivo son detestables tanto por el daño que hacen a la sociedad como a su propia formación política. Ahora bien, seamos honestos. Resulta llamativo que quienes padecen el mismo mal en sus filas estén aprovechando la situación para criticar a los otros sin hacer autocrítica. No deja de ser sospechoso que en la actual coyuntura de incertidumbre ante la formación de un nuevo gobierno hayan salido a la luz, precisamente ahora, temas que ya vienen de hace años y que se aprovechen de ello los partidos emergentes o los que aspiran a gobernar.

Si los casos de corrupción han salido a la luz e incluso algunos de los corruptos están en la cárcel y otros pueden llegar a entrar, si se les declara culpables, no entiendo por qué quienes consideran eficiente la gestión de un gobernante en la lucha contra la crisis le puedan negar ahora su confianza, si él no tiene las manos manchadas. O que se prefiera a quienes, también corruptos, nos pueden llevar a la ruina.
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