Corro Ribera contra Montaña: 'Se cantó ¡Viva la Montaña! y 5 luchadores sin descalzarse'

La Montaña aplastó a la Ribera y Alvarado se quedó solo en el centro cuando aún les quedaban 5 luchadores, Tomás y todos los pesados

Fulgencio Fernández
26/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
La fiesta volvió a ser para la Montaña, cuyos componentes posan para la foto mientras Pedro Alvarado levanta orgulloso el gallo que merecidamente fue a sus manos. :: SAÚL ARÉN
La fiesta volvió a ser para la Montaña, cuyos componentes posan para la foto mientras Pedro Alvarado levanta orgulloso el gallo que merecidamente fue a sus manos. :: SAÚL ARÉN
Sonaba a tarde con aroma a historia. Quintana de Rueda sabe de tradiciones, de viejos luchadores, de hermandades agrarias... y de pendones. Fueron llegando desde la Ribera y desde la Montaña, para arropar a la lucha leonesa que celebraba allí su fiesta anual con el enfrentamiento deportivo entre los dos bandos.

Y todo por un gallo. Y por poder cantar un himno, el del vencedor...

Y se cantó el ¡¡¡Viva la Montaña!!!; vaya por delante para dar fe del dominio que en los últimos años vienen ejerciendo los montañeses... que ayer fue incluso más clara pues el último en quedarse en el corro fue el montañés Pedro Alvarado, que derrotó al último de la Ribera, Víctor J. Hernández, quien quedó extenuado en el suelo mientras todos los de la Montaña acudían a levantar «al amo del gallo», Alvarado. A la soledad de la derrota de Víctor J., tirado en el suelo, llegó su primer fan, su hijo Víctor, quien con esa ingenuidad de niño grandón que tienele dijo orgulloso «te quiero papi». Pues claro que sí, esto sólo es deporte.

Sólo Carlos Mondelo, que tiró a 12, llevó la felicidad a unas gradas de la Ribera que siempre fue a remolque Y la realidad deportiva dictaba que a la Montaña aún le quedaban seis luchadores, el citado Pedro Alvarado, al que nadie había derrotado, y otros cinco luchadores más que no llegaron ni a descalzarse para salir al centro: Tomasuco González, de semipesados, y los cuatro de pesados: Álvaro Cordeiro, Cesáreo Ferreras, Roberto R. Bulnes y Cristian González, que fueron hasta Quintana para levantar en hombros a su compañero, al seleccionador y cantar el himno, que no es poco.

Vayamos al principio, a las cinco de la tarde, cuando abrieron el fuego los pendones, que es tanto como decir los pueblos, hasta que un nerviosoluchador montañés, David Muñiz,se atrevía a desafiar:«¿Hay quién luche?».

Y lo había, nadie lo dudaba. Juan Antonio, de la luchística tierra de Villaverde de Arcayos, responde como hacen los luchadores, con el cinto en la mano y musita «yo».

Florián remontó y Morín jr., Víctor Llamazares, Rubo, que tiró a Liquete, y Moisés consolidaron la ventaja La batalla ya empezó. La Montaña empieza bien la tarde. Ricardo Marcos enciende a los suyos derrotando a seis riberanos, ya opta al mazapán de quien más rivales derrota cuando cae ante el segundo de los Mondelo, el infantil, que despierta los sueños de los de la Ribera preparando una trilla descomunal lanzando montañeses a la lona sin descanso: Óscar, David, Paola, David Riaño — «que no te engañe tu madre que es de la Ribera», bromean al de Cistierna pero ni así— y llegó hasta las luchadoras senior, Bea, Edi y Lucía, a las que también derrotó.

- Hasta el gallo sin parar.

No tanto, pero sí hasta el primer cadete de la Montaña, Florián Miguel Yugueros, campeón de lucha y bolos, que ya logra mandar a Mondelo a animar desde la grada con los del grupo de la Ribera.

Han sido 12 rivales derrotados por el infantil de Santibáñez de Porma (2 benjamines, 3 alevines, 3 infantiles, 3 chicas senior y un cadete). Da la impresión que ya ha hecho historia, que cuando sea el luchador que apunta podrá decir aquello tan de luchador histórico: «Cuando tiré a 12 en Quintana de Rueda...».

Después del susto Mondelo la Montaña inicia la recuperación. Florián Miguel, el rubio al que llaman El Moreno, también da la talla y lleva la igualdad al choque tirando a 8 rivales. Tanto que se encuentran en el centro del corro los dos primeros juveniles.

Víctor J. tiró a tres y fue la última bala de la Ribera, acabó extenuado y su hijo acudió: «Te quiero papi» A partir de ahí la Montaña comienza a llevar el ascua a su sardina. Jorge el de Lillo, Javier Alvarado, juveniles,llegan hasta los senior de la Ribera. Y poco a poco van aumentando la ventaja con arreones de luchadores que siempre, como Víctor Llamazares, que se deshizo de Arce (que realizó un gran papel), a Daniel Pinto, a Adri el de la Sobarriba, a Marcus Vinicius y a Iván Villadangos para caer ante Sansón Cabero. Ésa era la realidad, uno de ligeros de la Montaña con uno de semipesados de la Ribera.

La recta final estaba cantada. Sansóntiró a Lixer pero cayó con Rubo... Las apuestas ya empezaban a ser ¿quién quedará en el centro de la Montaña? no si ganará la Montaña, que ya parece claro.

Pedro desató los manteos, el himno, la guasa y la recogida de los pendones para regresar a la montañaLa Ribera está ante su última baza, sale Liquete, el campeón de Liga de pesados pero que puede luchar en semipesados porque hizo el esfuerzo de bajar en un corro para poder esta tarde en Quintana en ese peso... Pero cae ante un Rubo que ya cumplió, con creces, pero aún tira a la otra revelación del año en pesados, Chus Quiñones. Después Moisés (medios, no lo olvidemos) tiró al otro Quiñones y Alejandro.

A la Ribera sólo le quedaba una bala: Víctor J. Hizo lo que pudo. Tiró a Moisés, a Albertuco y a Guiller el de Valdeón antes de caer extenuado y derrotado ante Pedro Alvarado.

Fin. Se acabó. Manteos. Himno... Y a celebrarlo. Rafa, el del Valle las Casas, el más feliz de la tarde, recoge los pendones que bajó de la montaña para este día que él imaginaba histórico y de alguna manera lo fue. Sólo Mondelo marcha con cara de felicidad.
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