Corro de Sahechores: "Así me quería morir yo"

Primera victoria en pesados de Omar Likete, derrotando en una tensa final a Bulnes, junto a los clásicos Ibán, Moisés y Tomás

Fulgencio Fernández
18/09/2017
 Actualizado a 15/09/2019
Diego Vega, ‘Teje’, no pudo rematar su buena tarde con la victoria, pues Ibán ‘El Guerrerín’ busca una nueva Liga y no dio opciones a la sorpresa. | MAURICIO PEÑA
Diego Vega, ‘Teje’, no pudo rematar su buena tarde con la victoria, pues Ibán ‘El Guerrerín’ busca una nueva Liga y no dio opciones a la sorpresa. | MAURICIO PEÑA
Al fin un corro olía algo más a lucha leonesa. Tarde de septiembre con helados en la grada pues aunque el verano ya se fue nadie quiere desperdiciar que a pocos metros del corro están los mejores helados del mundo en L’oasis, muy buena entrada en la grada y más para lo que viene siendo este año, Farruquín al bombo y hasta sele sumó el tamboritero de Santibáñez con casco y pinzas de ciclista. Un casta. «Toca una».

- Espera, que voy a mear; dice y no regresa, pero anima al atravesar. Alos corros les falta vida.

Ypara completar un mejor día el corro acabó como deben acabar los corros, con tensión, con emoción y hasta con un ganador inesperado pero justo y necesario para la lucha: Omar Liquete, el del Ferral, al que bromeaban después de ganar con la paradoja: «El que vale, vale, y el que no para El Ferral».

El chaval sonríe, va de un lado a otro, está nervioso, es nervioso. Y esperaba esta victoria desde hace tiempo, desde que ganósu primer y hasta ahora único corro, en Manzaneda, en semipesados ya hace cinco o seis años. Seguía en la misma nube a la que se subió cuando el pitido final le daba la esperada victoria ante Bulnes, tanto que se abrazó al riañés como queriendo poner punto final al tenso combate que habían vivido. No fue muy generoso Bulnes con él, todavía mosqueado.

Y es que habían vivido un combate finalduro y un último agarre tremendo, pues se jugaban mucho. Bulnes quería ganar después de derrotar a Caberín y nunca regala nada; Omar se sabía ante la ocasión de su vida pues, además, no estaba enfrente Abel Isaí, ante el que se desespera y reconoce: «No sé cómo lucharle».

Tardaron en agarrarse. Se soltaron varias veces antes de lograrlo. Hablaban entre ellos. Los árbitros amenazaban con la tarjeta pero cada cual jugaba sus cartas. La grada lo disfrutaba, sueñan que esa tensión que hubo pues todo es lucha, en el agarre está medio combate. Estaban a una caída, quedaba más de un minuto y Likete aguantó las embestidas de Bulnes. «A falta de veinte segundos creí que me llevaba, yo ya no podía más pero creo que él también estaba extenuado», explica Omar, que se reconoce feliz:«Tenía muchas ganas de que me pasara algo así, venía luchando bien pero en La Virgen marché desesperado, ya ni luché bien... ¡qué falta me hacía».

Se acuerda demuchos años de brega, de muchos corros de base con los niños del club, del apoyo de los hermanos Oblanca (Javi y Jesús)».

- Menos mal, creí que me moría.

- Así me quería morir yo; le bromean. Pero la verdad es que venía de otra dura batalla en la semifinal contra el pescador Víctor J., que le obligó a emplearse muy a fondo por la diferencia de peso.

Se queda Omar en el corro como agradeciendo al cielo. No puedo evitar recordar la imagen de Ángel El Paraca, que en ese mismo lugar y con más de 40 años ganó el primer corro de su vida. Se quedó solo, mirando al cielo.

Otro que ayer dijo «me muero» fue el ganador en ligeros, Ibán Sánchez El Guerrerín. Sigue al tran trán, parece que ya no puede másy cuando vas a apuntar a los ganadores del corro vuelve a estar él. Dejó en el camino en la previa a un Javi Oblanca al que se le está haciendo larga la recta final y empataron a cero; y en la final se debía ver las caras con un Teje muy motivado, con ganas y más confiado después de una preciosa semifinal con un imprevisible Filín, tan capaz de hacer lo más bello como de colocarse al borde del precipicio por su ingenuidad. Es uno de los habitantes de ese club de los «practicantes de la muerte más bella del mundo»; junto a los Rubo, Adri...

Teje lo intentó pero Ibán se sabía ante el último esfuerzo: «Me muero», le dice a su abuelo El Fleta.
- Así me quería morir yo.
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