Pero su emoción, más allá de la victoria, se debía a que precisamente en estos días se cumple un año del fallecimiento de su tía Amparo del Blanco, excelente aficionado, presente en casi todos los corros y fan fiel de sus sobrinos. «Es una coincidencia triste y no tanto, me permite recordarla con una victoria y repartirla con mis primas, que lo han pasado mal».
También hay cielos para Mario, el de la victoria y el de la memoria.
Mario es, curiosamente, el primero que «se pone» peros: «No estaba Ibán, que en los últimos corros me había dominado pues yo notaba mucho que estaba poco rodado. Pero me alegra igual».
Para Mario era un día especial, su tía Amparo era habitual en los corros y ahora hace un año del fatal desenlace También lo celebraron los aficionados, a los que Mario del Blanco y su rival en el combate de la verdad, Filín Acevedo, regalaron un precioso combate lleno de alternativas y de detalles, como por ejemplo la importancia de la mano a la que luchen. Tuvo ese duende imprevisible de la lucha que es Filín un arranque espectacular, que hizo creer en una tarde de puerta grande. Sacó a Mario a vueltas, remató como se debe hacer en la lucha y dio una entera que la grada recibió con una ovación cerrada.
Pero Mario ya viene curtido en mil batallas, ni se asustó ni se puso nervioso y jugó sus cartas: a la izquierda, la cadrilada, y la sacó las dos veces que se agarró a su mano y así llevó un nuevo corro para Taranilla, ese pueblo que ya había recibido otros muchos en tiempos mejores para él.
Habían pasado cosas antes, claro, como el hecho de que al ser continuación del suspendido en ligeros ya estaban 19 inscritos y sorteados pero tres de ellos no comparecieron ayer, el ya campeón Ibán, Ángel Luis Carrizo y Rubén Cerezal.
Pasó que Filín Acevedo volvió a encontrarse nuevamente con Diego Vega, Teje, en el que llaman «la batalla de las medianas» por lo que a los dos les gustan y lo imprevisible del desenlace y esta vez fue para un Filín que parecía en su día inspirado, animado además por el hecho de estar en territorio amigo, ya que es de los que tiene varias patrias: Boñar, Cistierna, Remolina... aunque nada como la sombra de los horreos de Felechas. Crecieron las espectativas cuando apeó a un Javi Oblanca que sigue en pie de guerra y con el que estuvo a caída.
Pero a Mario le sobraban motivos, ya está algo más luchado, ha entrenado estos días con su hermano Mario y sigue siendo aquel chaval del que se decía: «Si lo hace todo bien... ¿porqué no gana más?». Pues ganó. Y sufrió, no solo en la final, también en cuartos con un Samuel Sánchez al que sólo pudo dar media caída y esperar pues el chaval muchas veces deja pinceladas de que es de la estirpe de La Roca.
Y así fue como Mario también pudo mirar al cielo, ganar el corro, sacar la rabia, mandar un abrazo a los suyos, abrir el abanico de ganadores...
A veces «la lucha es así» es una expresión para bien.
Moisés Vega y Tomasuco se niegan «a cambiar de villancico»
Canta Amancio Prada un viejo villancico, con letra de San Juande la Cruz, que tiene la característica de cantar la estrofa empezando los versos por el principio o por el final, da igual: «Del Verbo divino / la Virgen preñada / viene de camino: / si le dais posada» para continuar «Si le dais posada / viene de camino / la Virgen preñada / del Verbo divino».
No me volví loco, o sí, y cambié de sección. Es que este villancico salía a colación en la lucha estos años en los que se repetían los cuatro ganadores casi corro tras corro y se decía «como en el villancico, da igual empezar por ligeros que por pesados». No era el caso ayer, ligeros estrenaba ganador y en pesados no ganó Abel, ni siquiera el ‘último fichaje’, Guti, pero los dos de las categorías centrales se niegan a «cambiar de villancico» y Moisés y Tomasuco aparecen siempre. O Tomasuco y Moisés. Desde hace muchos corros y, dicen los aficionados, para otros muchos.
Hubo mucha cera y buenos combates en medios, pero nuevamente Moisés se va a casa sin recibir ni media caída Ayer, nuevamente, había varios candidatos a cambiar de villancico: Rubo, Arce, Adri, Víctor Llamazares... Y se vieron combates de poder a poder, como el Rubo-Arce, con empate a caída y media y victoria para el primero; el Rubo-Víctor, con empate a caída y pasó Llamazares por haber dado la primera o el precioso Víctor-Adri el de la Sobarriba, con empate a caída y media y victoria para Adri. Ya sé que estáis pensando que «buen día para las teresas de Calcuta», pues claro, como que le sobra calidad a Adri incluso a las buenas.
¿Y en la final con Moisés? Pues ya lo sabéis, chocar contra una roca. Moisés no recibió ni media caída en toda la tarde, y ya no es porque sea en su pueblo, es porque es así.
Vale la crónica, con otros nombres, para semipesados, más la anécdota que coleaba de medios de que Santi El Míster llegó tarde. Otra para su anecdotario. Luchó en semis y cayó ante Rodri.
No fue la superioridad de Tomasuco como la de Moisés, pero sí la sensación. Le dio media Cristian en la semifinal y le arrancó una entera en la final Rodri, pero da una sensación de poderío impropio de su edad y la calidad de sus rivales.
Otra noticia, volvió a estar Kiko entre los cuatro primeros, pero esta vez además de suerte tuvo que tirar a un rival, concretamente Marcos Dias.
Bulnes recordó en Cistierna que aún es el campeón vigente
Esperaron los aficionados a pesados y no lo lamentaron pues estuvo entretenido, pasaron cosas, como que a las primeras de cambio se quedó fuera el ya campeón, Caberín, ante el último ‘fichaje’, Guti; bien es cierto que por decisiónarbitral tras empate a cero. También volvió a pasar Aitor de igual manera, por mucho que le riña su pariente Tomás.
Ya sé que pensáis, ¿entonces qué pasó? Pasó que Bulnes ganó a Liquete y Guti a Alejandro en unas semifinales con 4 ganadores de corros y se vieron en la final los dos Roberto: Bulnes y Guti. El vigente campeóny el que ha llegado de semis como mosca cojonera.
Pero Bulnes quiso recordar que aún es el campeón, dio caída y media, esperó al final y también miró al cielo, pues allí sigue el gran Nicasio.