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Corriente de la vivienda

05/09/2021
 Actualizado a 05/09/2021
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El mercado de la vivienda, ese intratable monstruo policéfalo, está experimentando un pico de éxito en determinados lugares pujantes. Será que los ahorros pandémicos son de mucha categoría, o que se están llevando a cabo de golpe todas las operaciones paralizadas y la galopante inflación que nos acecha no ha hecho mella todavía, dicen en la tele.

En sitios menos pujantes sigue quedando obra nueva, ya con sus años, sin vender. Como en nuestro barrio comatoso preferido, La Lastra, lleno de edificios bien chulos y un montón de direcciones prohibidas para que des vueltas al mismo bloque las veces que haga falta hasta enterarte de si es VPO o no. Esto, misión imposible en León si no ves la placa, porque aquí no hay inventos. Las construcciones pueden ser de más o menos calidad, pero no se asumen riesgos arquitectónicos como en aquellos lugares pujantes de éxito inmobiliario, donde jóvenes arquitectos con Premio FAD diseñan pisos de hormigón con paneles deslizantes en colores llamativos y todo tipo de nuevas soluciones chocantes, con ventanas bien pequeñas como por castigo, o para ahorrar costes de construcción y de climatización bienintencionadamente.

En general, las viviendas de VPO, conceptuales o del montón, tienen una cualidad importante. Carecen de elementos que requieran mantenimiento o sustitución regular, ahorrándose así el aparentar dejadas en el futuro, al contrario que muchas casas bien, con sus toldos con más flecos que bandera de barco a la deriva (nunca es buen momento, oye, si acaba el verano porque acaba, si empieza porque ya ha empezado y nos ha pillado el toro). Por eso muchas nuevas comunidades de lugares pujantes han implementado las ‘comisiones de estética’. No se puede dejar en cualesquiera manos gestionar dónde poner el aire acondicionado, de qué color los felpudos, o de qué alto el cañizo de las terrazas. Aunque en última instancia todo depende del inquilino/propietario, que es quien tendrá que hacer el esfuerzo económico a menos que viva enzonas emblemáticas como la Calle Ancha y sea el Ayuntamiento el que le rellene las jardineras de hermosos geranios.

P.S. Si Joyce practicó la «corriente de la conciencia», aquí han tenido una muestra de la «corriente de la vivienda», ejercicio literario de calidad semejante al catálogo de Tecnocasa.
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