El luchador Javi Ponga, Ponguina, patentó la fórmula magistral para bajar peso sin hacer ejercicio, pese a hacerlo para competir en un deporte. Si veía que se pasaba de peso para entrar en ligeros, se ponía varias prendas de plástico, una sobre otra, y se iba al coche poniendo la calefacción a tope, a todo lo que daba, y a sudar mientras se echaba la siesta que bien necesitaba el cuerpo. Si lo que hacía era el viaje hacia el corro –en verano, recuerdo–, le gustaba coger a gente a dedo para después no dejarles bajar la ventanilla «porque tengo mucho frío», haciendo sospechar al inquilino que padecía alguna grave disfunción.
Tasio El Gato no solía tener problemas para entrar en el peso pero, por si acaso, se pasaba el día sin orinar, conteniéndose, y así, si al llegar a la báscula se pasaba unos gramos, pues iba a un rincón, evacuaba y entraba en el peso sin darse una mala carrera.
Ernesto El Viejo Profesor tenía una camiseta de una fibra que no pesaba absolutamente nada, en la que detrás ponía el nombre de su pueblo, Argovejo. Una vez que se pasaba tan solo unos gramos, decidió quitar un par de letras; a ver si así era suficiente. Nuevamente, todo antes de correr, que ya está dicho que es de cobardes.
¿Qué táctica utiliza el luchador de la foto que además de no correr busca la sombra? Vete a saber qué secreto esconde.
O tal vez solo sea que es verdad que correr es de cobardes.
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