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Corregidores de guardería

04/11/2022
 Actualizado a 04/11/2022
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Quiero continuar con mi columna de la semana pasada en la que les argumentaba cómo el alcalde de León quiere hacer campaña abrazando un mantra que divida a la sociedad leonesa, pero que a nivel personal le reporte beneficios electorales, en lugar de ponerse a trabajar por lo que queremos que sea el León del futuro.

Retomar el tema no es capricho mío, me he visto obligado por la bochornosa actitud infantil que llevan manteniendo los alcaldes de León y de Valladolid, ambos socialistas para más inri, con un cruce de declaraciones y ‘tweets’ en los que uno dice que «Valladolid nos roba» al más estilo nacionalista y el otro le responde que deje de llorar y se ponga a trabajar. Para remate, el último en salir ha sido Tudanca para, como siempre, no decir nada.

Por mi edad, que empiezo a no fiarme de lo evidente, me llama la atención que a estas alturas de la película y a 6 meses de unas elecciones municipales, Diez y Puente se enzarcen en esta polémica que no conduce a ningún sitio, más que a enfrentar territorios y sus gentes, en ese ejercicio tan peligroso de sembrar odio para recoger fruto electoral.

Tal es así, que viendo la hoja de ruta que el alcalde de León está manteniendo desde hace unos meses en su victimismo leonesista en lugar de trabajar por el futuro de nuestra capital, no me extrañaría lo más mínimo que este sainete esté perfectamente pactado entre ambos para encabronar cada vez más a sus respectivos vecinos y que ellos se beneficien irresponsablemente de un voto de odio.

Me llama la atención ver en redes sociales cómo ciertas personas se convierten en auténticos ‘hooligans’ del socialista Diez por este tipo de teatrillos o por sacar pecho de un supuesto enfrentamiento con la dirección nacional de su partido, sin darse cuenta de que lo que están haciendo es seguir dócilmente el sonido de la música de este ‘Flautista de Hamelin’ metido a leonesista trasnochado y no ver en realidad su falta de gestión municipal, en la que únicamente se ha limitado a inaugurar proyectos de anteriores equipos de gobierno, sin ningún proyecto de futuro.

El que el alcalde de una capital de provincia vaya de ‘llanero solitario’ y no aproveche que su propio partido esté en el gobierno de la nación para atraer inversiones y proyectos, en lugar de hacer alguna simple crítica puntual, demuestra que para Diez la campaña es que cuanto peor para León, mejor para él. Y aún así hay gente que lo aplaude.

Si leonesista es querer lo mejor para León, desarrollar proyectos que detengan la sangría demográfica y recuperar oportunidades laborales para nuestros jóvenes, como comprenderán, con una hija de 10 años y un hijo de 6, yo soy el primero. Pero a mí que no me busquen en el leonesismo excluyente, pesimista y victimista que pretende dar carnés de ‘leonesidad’, enfrentar a los ciudadanos y utilizar efigies de leones hasta la saciedad en banderas, semáforos, pasos de peatones y parques y jardines mientras la ciudad se muere.
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