Cornatel

En el municipio de Priaranza del Bierzo, como a un kilómetro de la localidad de Villavieja, se encuentra el castillo de Cornatel –propiedad, dicho sea de paso, de la junta vecinal, si bien su gestión depende del ayuntamiento–, universalizado por el escritor villafranquino Enrique Gil y Carrasco en su obra ‘El Señor de Bembibre’, publicada en 1844 y ambientada en el siglo XIV. Si aún no la has leído –creo que ya lo te he dicho más veces–, no dejes de hacerlo.

Poco se sabe de los orígenes de la fortaleza. Hay quien la quiere identificar con el castillo de Ulver, de notable importancia ya en el siglo XI, y en manos de los Templarios desde dos centurias después hasta la disolución de la orden en 1312 por el papa Clemente V. Otros, en cambio, sostienen que se trata de un castillo distinto, construido en el siglo XIV.

En todo caso, la primera vez que aparece asociado el nombre de Cornatel a la fortaleza es en 1378, y pasará por épocas de esplendor, pero también por momentos críticos, como la revuelta irmandiña que casi lo destruye por completo en 1467 o, ya en tiempos más recientes, su completo abandono, que contribuyó a su deterioro…

De hecho, no hace tan siquiera veinte años que comenzó la recuperación del castillo y puesta en valor; y, desde entonces, poco a poco, en ello se sigue… Sin ir más lejos, hace apenas unos días que se terminó de restaurar la casa colgante; una buena excusa para acercarte hasta allí, y con más motivo si todavía no lo conoces. Además, se realizan también distintas actividades culturales que, sin duda, permiten disfrutarlo de otra manera; y, por si fuera poco, la visita, los lunes, es gratuita. ¿Qué más se puede pedir?

Se llega en coche hasta los pies del castillo y, después, solo hay que subir una cuestina… Pero no tengas prisa y disfruta del paisaje, que merece la pena. Es más, unos metros antes de llegar a la entrada, se encuentra ‘el banco más bonito del Bierzo’ –así lo indica un cartel–, un excelente mirador con unas vistas incomparables…