Corizonas: "Hemos dado un paso a ciegas con el idioma"

La banda actúa esta noche en Espacio Vías (22 horas) para presentar su ‘Nueva dimensión vital’, en la que el guitarrista de la banda,Fernando Pardo, reconoce que inician un nuevo camino en todos los sentidos

Sergio Jorge
29/12/2016
 Actualizado a 16/09/2019
Corizonas surgió de la unión de Los Coronas y Arizona Baby, y este año han publicado su segundo disco de estudio. | JUAN PÉREZ FAJARDO
Corizonas surgió de la unión de Los Coronas y Arizona Baby, y este año han publicado su segundo disco de estudio. | JUAN PÉREZ FAJARDO
Cuando Fernando Pardo solía decir con su voz casi de ‘western’ que Corizonas eran "dos bandas y un destino", no estaba muy claro que la unión entre Los Coronas y Arizona Baby se mantuviera en el tiempo. Cinco años después, en este 2016, han editado ‘Nueva dimensión vital’, con el que marcan una profunda diferencia en su trayectoria, pero sobre todo dejan claro que ya son un solo grupo, cohesionado, asentado y, lo que es más importante, con un presente y un futuro prometedor.Y en castellano, porque una de las claves de este nuevo álbum es que se acabó el habla inglesa (por el momento).

"Hemos dado un paso a ciegas con el idioma", reconoce Pardo, guitarrista de la banda, que junto a Javier Vielba lidera esta banda que es "un monstruo con dos cabezas". Fue una decisión tomada cuando "ya estaba casi todo el disco grabado, con 22 o 23 canciones ya", pero eso no impidió que el cantante volviera al estudio de nuevo. "Estábamos con las ideas muy claras, pero según avanzaba el disco, fuimos dejando puertas abiertas", agrega, puesto que el disco que se presenta este jueves en Espacio Vías (22 horas, con entradas de forma anticipada a 15 euros y 18 euros en taquilla) es un cambio no solo de lengua, sino también de concepción. Para Pardo se ha cambiado totalmente de trayectoria en el devenir del grupo, ya que en un momento dado decidieron "forzar la máquina y apareció una nueva visión de Corizonas que previamente no había". Sucede por tanto que el también guitarrista de Los Coronas o de Sex Museum considera que se "saltaron" el segundo disco al grabar ‘Nueva dimensión vital’, pese a que tenían canciones suficientes para haber editado dos trabajos. Por eso no es de extrañar que hayan logrado «descolocar a la gente», gracias sobre todo a "esa bipoliaridad que un músico puede ver en su música". De hecho, este cambio de rumbo supuso "una polémica" en el seno del grupo, ya que unos querían que se siguiera "algo más natural, que fuera la continuación del disco anterior", mientras que finalmente se impuso la senda actual, "una dirección que era desconocida pero gozosa".

Con el nuevo disco de la banda "apareció una nueva visión de Corizonas que previamente no había"
"Antes éramos una mezcla de dos y hemos avanzado muchas generaciones en esa mezcla constante, por lo que ha aparecido algo diferente", agrega Pardo, que reconoce que en Corizonas "las jerarquías son diferentes" a las que cada componente tiene en su formación original, pero sobre todo han vuelto "al tipo de relación que había antes de formar la banda, sobre todo la relación sana y de colegueo" entre el propio guitarrista y Vielba.

Es por tanto un reto para todos sus componentes, que aún están «en el borde de la comodidad» en esta gira, algo que ahora les permite improvisar y ver que "el resultado pueda ser algo sublime o algo horrible". "No hemos pillado aún el punto de decir que tenemos el disco controlado, así que hay peligro", resalta. Por eso esta noche será una buena oportunidad para testar cómo funciona en directo su segundo álbum de estudio, en un concierto en el que habrá temas anteriores pero también de los nuevos.

Antes éramos una mezcla de dos y hemos avanzado muchas generaciones en esa mezcla
También el uso del castellano les está poniendo en la tesitura de saber si lograr lo que el guitarrista siempre ha querido que hicieran las bandas españolas, que fueran capaces de tocar como las anglosajonas pero en el idioma patrio, algo que "no han acabado de perfeccionar". "Hay una parte de crítica de por qué no hay bandas así, y luego está el compromiso de por qué no lo haces tú, así que después de criticar tanto esta situación, me planteo si seré capaz de hacerlo o la cagaré como el resto", reconoce Pardo.

Está claro que en una banda con tantos componentes y con tanta hiperactividad musical, las influencias van de un lado a otro sin una ‘lógica’ artística, pero eso es otra de las claves de la banda, donde tiene cabida la música de los 60 y 70 de EEUU o la española de Marisol, Juan y Júnior y Los Brincos, pasando por Triana o Tacones. Yes que Pardo reconoce que son "estudiosos y fans de la música", lo que provoca que a veces escuche grupos que a veces son considerados «horteras» para parte del público. Pero para este «friki» de la música, como se reconoce el propio Pardo, no es inconveniente. "Vengo de las tribus urbanas, soy míster etiquetas", afirma sin pudor, de ahí que no le importe que se clasifique la música de Corizonas, si alguien es capaz de hacerlo con cierto sentido. "Como músico me gusta hacer triángulos, cuadrados o pentágonos, y poniendo en cada punto una influencia", afirma, a lo que añade que le gustaría que la música se pudiera definir con aspectos cinematográficos, "como si Bertín Osborne fuera uno de los miembros de ‘Grupo salvaje’ de Sam Peckinpah y de repente le dieran muerte con Bufalo Springfield, con este tipo de locuras".

Los jóvenes no son conscientes de que ¡el rock necesita mucha escena, por eso hay que darles una colleja
Pardo conoce bien la escena musical leonesa, donde ha actuado en multitud de ocasiones con sus bandas o incluso acompañando a otros, como la última vez que estuvo en la capital, cuando fue el guitarrista de Deke Dickerson. Asegura que de Madrid para arriba es «donde está el rock en la Península, y León siempre ha sido un sitio así, un sitio vivo», aunque hay "altibajos". En esta zona, desde Zaragoza hasta Zamora, pero en especial en lugares como la capital leonesa o Burgos, afirma que disfruta "al máximo", pero "a veces hay que dar una colleja al público, al que no va a los conciertos". Y lo dice en especial por las bandas jóvenes, las que quieren hacer algo en la música pero que "no son conscientes de que en el rock necesitas mucha escena". Para ello, antes tienen que crear "el caldo de cultivo", es decir, acudir a los conciertos que hay en las ciudades para luego lograr que sus bandas arrastren al público.

Pardo valora el impulso de locales como El Gran Café, "unos locos que quieren que esto siga adelante"
Esto en León se ha vivido en diferentes momentos, como "en la explosión ‘garagera’ del Húmedo y luego en los 90, cuando llega una nueva generación, nuevas bandas, donde se notaba ese punto de ebullición, con bandas como los Cardiacos".

Ahora depende mucho del impulso "de unos locos, que quieren que esto siga adelante, y que aunque pierden dinero durante mucho tiempo siguen obcecados con su visión del arte". Por eso pone como ejemplo a El Gran Café, el organizador de este concierto, ya que con este local "sigue el espíritu de los sitios pequeños, donde no te colocan una valla y te tienen lejos, con la sensación de que todo sigue cercano y que puedes después hablar con los músicos".
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