Corea en Villafranca toma uno, acción

La villa del Burbia acoge la grabación de un programa de convivencia en el que tres famosos actores coreanos cambian sus oficios y se trasladan al Camino

M.I.
17/02/2019
 Actualizado a 16/09/2019
Dentro de una carnicería de Villafranca, uno de los actores principales es grabado comprando carne. | M.I.
Dentro de una carnicería de Villafranca, uno de los actores principales es grabado comprando carne. | M.I.
Tres coordinadores de grupo, dos productores jefes y hasta una treintena de personas forman parte del equipo de grabación coreano que estos días está hospedado en San Nicolás, en Villafranca, tomando el bruto que después editará para realizar una serie de episodios parecidos a un «Supervivientes», pero con la diferencia de que no es un directo, sino que  pasará seis meses de tratamiento en edición. Es lo que explica uno de esos coordinadores, Noa Lee, celoso de dar demasiada información, porque reconoce que la pretensión era pasar lo más desapercibidos posible «queríamos que todo fuera más natural».

Ha sido imposible, porque esos episodios narran la vida de Villafranca, realizando oficios distintos de los tres actores más conocidos del panorama cinematográfico coreano, pero, además, Villafranca estos días se ha convertido en un gran plató donde cada esquina oculta una cámara «hemos querido que no estén muy a la vista, para no condicionar a la gente que pase por delante», dice el coordinador, cuidadoso de no pasar ante las cámaras para no ser grabado. Tres drones, una cámara sobre raíles, una treintena de cámaras fijas y otras tantas móviles y una profesional se pasan la mayor parte del día inmortalizando a la pequeña Compostela y dejando la impronta coreana en la villa, incluso en los carteles indicativos que se han pasado a ese idioma.

Los coordinadores hablan español perfectamente y son el primer enlace para todo el grupo, pero, lo más interesante es que estarán hasta el día 22 en Villafranca dejando también riqueza en la villa.

Las pequeñas tiendas del pueblo están encantadas con la visita «he vendido un montón de mantas para ellos», dice una de las comerciantes más conocida, desde la plaza Mayor. También han comprado alfombras y muebles antiguos con una fórmula que gusta mucho en Villafranca, no mirar los precios.

La atracción de los coreanos por el Camino de Santiago es notable, explica el coordinador, por eso han decidido utilizar de escenario a un enclave que une caminos jacobeos y permite la participación de peregrinos coreanos también, que consideran un milagro encontrarse con sus ídolos mientras caminan. Tras la grabación, volverán a Corea para realizar el proceso de montaje y poder emitir el trabajo en seis o nueve meses para que pueda coincidir en los espacios ‘prime time’.
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