pablo-campos-siluetab.jpg

Corazones blancos

10/12/2015
 Actualizado a 07/09/2019
Guardar
Ahora que la Cultural mira al frente con la estabilidad por bandera, echemos la mirada atrás. Basten al menos unas líneas para reconocer a todos aquellos que, de manera desinteresada, evitaron la deriva del club, le sostuvieron y le empujaron. Aquellos que apostaron por un equipo al borde de la quiebra, esos jugadores de la tierra que no dudaron en dar un paso atrás en sus carreras, al entrenador que ascendió al equipo dentro y fuera de los terrenos de juego sin mirar a su bolsillo. Al empresario que dio un paso al frente llevando el nombre de su reconocida firma al pecho de las camisetas tapando agujero tras agujero aún a sabiendas del pozo sin fondo. A los compañeros de viaje que formaron una Gestora capaz de remontar el vuelo. A los que abrieron las puertas al aficionado, que volvió a sentirse partícipe incluso en la toma de decisiones. Dedicaron su tiempo, sus jornada laboral, su dinero. Solo les movía el culturalismo. No hicieron ruido cuando se les apartó de la tierra prometida. Esos pequeños ‘héroes’ que, desde la sombra, han sido capitales en el bienestar de la entidad. A ese antiguo jugador y hasta ahora asesor deportivo de confianza. No habrá tiempo para devolver los favores prestados, el conocimiento del mercado. A ti, hacedor de dos plantillas que han devuelto la ilusión por el fútbol de tu ciudad, a la que regresarás no tardando porque toda gran estructura necesita de tu conocimiento. Apostaste por jugadores que hoy son santo y seña, pusiste la mano en el fuego por dos técnicos de perfil bajo y que levantaron sospechas entre los escépticos. Esta es la Cultural que tú te has ‘inventado’ con la misma pócima que ha convertido al más modesto de Primera en revelación. A todos, gracias. La nueva propiedad tiene espejos en los que mirarse. Caminen con sus ideas, pero dejen la puerta abierta, aunque solo sea para escuchar el latido de los corazones blancos.
Lo más leído