COP26: la lucha contra el cambio climático no admite más demoras

Luis Miguel García Copete
05/11/2021
 Actualizado a 05/11/2021
Del 31 de octubre al 12 de noviembre se celebra, en la ciudad escocesa de Glasgow, la COP26, vigésimo sexta edición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático organizada por Reino Unido en colaboración con Italia; una nueva edición en la que se tiene la certeza de que cada vez queda menos tiempo para adoptar medidas para combatir y evitar un dramático escenario medioambiental que cada día parece más cercano. Medidas que tienen como principal objetivo evitar el aumento de la temperatura global de nuestro planeta en 1,5° Celsius, respecto a la existente antes de la Revolución Industrial del siglo XIX. Para ello, según manifiestan los expertos, no solo es necesario que en esta conferencia se alcance un compromiso firme de todos los países para reducir las emisiones contaminantes con mayor rapidez e intensidad que hasta este momento, sino que también es preciso el apoyo financiero de los países más ricos a aquellos otros que lo necesiten para que puedan transformar sus economías a modelos productivos que no dependan de combustibles fósiles.

Esta conferencia contará con la asistencia de unos 20.000 participantes, entre los que están presentes más de 100 jefes de Estado, y la consecución de sus objetivos no solo estará en función de los acuerdos que se alcancen, sino de su efectiva puesta en marcha, ya que en el último gran acuerdo sobre cambio climático, el Acuerdo de París de 2015, firmado por casi 200 países, a pesar de las ambiciosas metas establecidas, finalmente no se ha podido conseguir la reducción de emisiones esperada y frenar el incremento de temperatura global en el planeta, lo que aumenta, de forma significativa, la presión en la conferencia de Glasgow para alcanzar acuerdos que puedan ser llevados a la práctica de forma más eficaz.

Evidentemente no podemos pensar que las soluciones al cambio climático queden en exclusiva en manos de los gobiernos de los países firmantes y así cada administración pública tiene la responsabilidad de hacer lo posible para reducir las emisiones contaminantes en su ámbito territorial. Esto el Ayuntamiento de León lo tiene asumido y uno de nuestros principales retos es la mejora del medioambiente y su positiva repercusión sobre la salud y aumento de la esperanza de vida de nuestra población. Eso quizá no sea una actuación municipal que sea percibida en toda su extensión por la ciudadanía, pero sí es indispensable, y conlleva grandes esfuerzos por parte de la administración y de los técnicos municipales. Creo que, con ocasión de la celebración de la COP26, es un buen momento para poner en valor su trabajo y transmitir a la ciudadanía las principales líneas de actuación emprendidas por nuestro ayuntamiento para mejorar el medioambiente y reducir la contaminación atmosférica en nuestra ciudad.

La importancia de la lucha contra el cambio climático en nuestro país ha supuesto la aprobación recientemente de la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de Cambio Climático y Transición Energética, que entre sus muchas medidas obliga a la implantación, antes del final de 2023, de una Zona de Bajas Emisiones en las ciudades de más de 50.000 habitantes, y ya León en este último mandato municipal, antes de la aprobación de esta norma, ha adoptado medidas encaminadas a su establecimiento, como las peatonalizaciones de la avenida de Ordoño II y de las calles Legión VII, Arco de Ánimas y Alcázar de Toledo, a las que pronto se sumarán las ya proyectadas de la Avenida de los Cubos y de la calle Carreras, así como la limitación de velocidad del tráfico rodado a 30 Km/h en toda la ciudad.

Pero además en marzo de este año el Ayuntamiento elaboró y presentó 14 manifestaciones de interés, por importe de 171 millones de euros, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia puesto en marcha a nivel nacional, y financiado con fondos europeos. Entre estas manifestaciones, se encuentran varias por un importe global de 52 millones de euros destinados a la mejora de la eficiencia energética de diversas instalaciones municipales como son colegios, polideportivos y piscinas, otros 25 millones se han solicitado para la implantación de una red de calor que facilitaría la sustitución de las calderas comunitarias de carbón y de gasoil que aún están en funcionamiento en la ciudad, y otros 20 millones para crear una Zona de Bajas Emisiones, manifestación de interés ésta que ya se ha concretado en septiembre en la petición de dos subvenciones por un importe global de 9,2 millones de euros a la convocatoria del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para la implantación de zonas de bajas emisiones y la transformación digital y sostenible del transporte urbano, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Proyectos que se concretan, entre otras, en medidas de calmado de tráfico, nuevos medios de transporte no contaminantes, fomento del uso de la bicicleta, aparcamientos disuasorios, renovación de la flota de autobuses por vehículos no contaminantes y medidas de digitalización del transporte.

La puesta en marcha de todos estos proyectos supondrá, sin duda, una mejora sustancial de la calidad del aire en nuestra ciudad, pero no podemos olvidar que la lucha contra el cambio climático nos incumbe a todos, y cada uno de nosotros puede contribuir con su comportamiento a mejorar el medioambiente. En primer lugar es evidente que una utilización más racional del vehículo privado, apostando por medios de transporte más sostenibles y una mayor utilización del transporte público, contribuye decisivamente a evitar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, pero otros comportamientos que a priori no parecen tan importantes si lo son, y en especial el reciclaje de residuos, vidrio, envases, papel y cartón, cuya adecuada gestión supone también una importante reducción de emisiones contaminantes, y en este aspecto quiero remarcar la indudable concienciación de nuestra población en esta materia, puesto que somos una de la ciudades con un mayor nivel de separación de residuos y reciclaje de nuestro país y así en el año 2020 en León se reciclaron por persona, 18 Kg de vidrio, 16 Kg de envases y 32 Kg de papel y cartón, en vidrio y envases en línea con la media de reciclaje de nuestro país, pero en papel y cartón muy por encima de esta media nacional que se sitúa en los 19,3 Kg/persona y año.

Así esperaremos con optimismo que las conclusiones y acuerdos de la COP26 pongan las bases para un esfuerzo decidido en combatir el cambio climático, sabiendo que todos estamos implicados en esta lucha, puesto que de lo que no cabe ninguna duda es que nadie estará a salvo de los catastróficos efectos que podrían darse de no conseguir los objetivos propuestos. Eso sí, de lo que no me cabe la menor duda es del compromiso de leoneses y leonesas para hacer todo lo posible para que nuestro planeta siga siendo cada vez un lugar mejor, más habitable y menos contaminado.

Luis Miguel García Copete es concejal delegado de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de León
Lo más leído