De hecho, incluso en caso de que los convenios salgan adelante, puede ser demasiado tarde. En las últimas semanas la empresa Mantenimientos, Ayuda a la Explotación y Servicios (Maessa), una de las siete auxiliares que realizaba actividad para la central térmica de Compostilla II, ejecutó los primeros despidos ante la falta de carga de trabajo por parte de la central.
Las subcontratas llevan semanas alertando del efecto bola de nieve que tendrá para toda la economía berciana el cierre de la central, aviso que refrendan los datos registrados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en la capital berciana.
Desde mediados de 2016 se había iniciado una tímida recuperación económica en la comarca, donde el mercado laboral se había desplomado tras una crisis económica agravada por el desmantelamiento del sector minero.
Así, en 2018 el ritmo de contratación y creación de empleo empezaba a acercarse a los números anteriores a la crisis –en octubre de 2007 se registraron 2.480 contratos, en septiembre del año pasado 2.159–, pero en los últimos seis meses se ha producido una caída que recuerda a la que se sufrió durante el estallido de la crisis.
La capital berciana encadena cuatro descensos consecutivos en cuanto a contratación, pasando de los más de 2.000 contratos registrados en el mes de septiembre a los 1.233 de este mes de enero la peor cifra en los dos últimos años.
Y es que si bien los últimos meses y los primeros de año suelen ser los que registran los mínimos anuales, entre 2014 y 2017 las variaciones se habían estabilizado.
Las cifras van en consonancia con el crecimiento del desempleo. Más de 400 personas se han registrado como demandantes de empleo en el último medio año en el Bierzo, mientras que en el mismo intervalo de 2017 y 2018 el incremento fue de menos de un centenar, por lo que los brotes verdes que habían empezado a asomar en la economía berciana corren peligro de marchitarse rápidamente.
Pilares desaparecidos
El Gobierno prevé que la Estrategia de Transición Justa junto al anteproyecto de Ley de Cambio Climático y al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 sienten las bases para la creación de alrededor de 300.000 nuevos empleos entre 2020 y 2030, fundamentalmente ligados donde España es muy competitiva, los servicios, la industria y la construcción.
Precisamente estos sectores son los que más tocados han quedado en el Bierzo. La comarca sigue reclamando una reindustrialización que de momento se limita a la futura planta de biomasa en Cubillos del Sil y la construcción, salvo el proyecto de construcción de nuevas 51 nuevas viviendas en el barrio de La Rosaleday la reordenación urbanística del solar del antiguo Carrefour, tampoco tiene un futuro garantizado en la comarca.