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Contrarios y afines

19/01/2020
 Actualizado a 19/01/2020
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Va para dos meses de la última crisis del PP de León. Concluía noviembre y saltaba el barullo de la dimisión (obligada) de su secretario general, quien, por un inexplicable error de ‘cálculo’,pegó un resbalón que, antes o después, le iba a producir un fuerte hematoma. Fue antes. Y los hados, que suelen ser muy cabrones, le devolvieron a la dimensión melódica de la que, tiempo atrás, había salido para enjaretarse con la política. Y ya está. Fin de la cita.

Peor suerte corrió la gerente del partido, a la que le costó el puesto –el trabajo, para ser exactos– como daño colateral del guirigay que se había montado. El despido se convirtió en la ‘disculpa’ de quienes mueven los hilos en el nido del pájaro –también llamado charrán o gaviota– del Paseo de Salamanca. Y es que como la puñetera vida es así de jodida, a la damnificada la cargaron con la pesada cruz del Gólgota, mientras que a otros, tras haber cometido hechos reprobables les perdonaron el importe de la comanda. Y hasta les llegó un premio. Ver para creer.

Ahora, cuentan que Génova se ha puesto de jarras y quiere soluciones. Ya. Sin dilación. Esta misma semana. Hay que obturar los boquetes. Y, claro, le piden cuentas a Majo, el presidente que perdió hasta la camisa en las elecciones municipales, que se encuentra en una situación muy complicada. Cual si se tratase de una asignatura pendiente de cursos anteriores, el sector ‘oficial’ quiere pasar a cuchillo –tómese como acción figurada– el ala denominada ‘carrasquista’. La quieren triturar. Hacerla fosfatina. La guerra avanza.

¿Y qué problemas tiene Majo en esta serísima partida de gilé? Muy fácil. Él nunca fue ‘carrasquista’. Al contrario. Silván, otra de las patas del banco, también transitó –y transita– por la misma vía de acabar con quienes estuvieran próximos a la fallecida presidenta de la Diputación. ¿Y Mañueco? Ahí está la madre del cordero.El’amo’ de la Junta era más que afín a Isabel. Y ella a él. Entre ambos se estaba fraguando una apuesta fortísima y de gran calado a medio plazo. Luego, el repugnante asesinato de la ‘pequeña’ dio al traste con todo. Pues bien, ¿quién nombró a Majo embajador de la Junta en elterritorio leonés? Blanco y en botella.

Desde el PP nacional le exigen al embajador un nombre que en la regional, en Valladolid, ven con desagrado. O por mejor decirlo no lo ven. Mañueco no traga con la operación. El candidato es de la (máxima) confianza de Silván –que sería el gran ‘vencedor’ de todo este tumulto de intrigas y mangoneos– y el asunto podría convertirse en una bomba de relojería. Si Génova –Teodoro García Egea, su secretario general– lo impone por la brava y Majo dice amén, que Dios le pille confesado.
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