Contra los ‘boomers’

A partir del 1 de enero cerca de 42.000 jubilados vascos cobrarán una pensión de más de 3.000 euros al mes, una vez aplicada la revalorización del 8,5% de estas prestaciones. El dato es llamativo, cual anuncio de puticlub, en estos tiempos de ingenieros mileuristas, y anticipa uno de los grandes conflictos que vamos a vivir de aquí a nada. Por mucho que en estos días se ande excavando trincheras ideológicas, el mambo va a llegar cuando se acabe la broma con los ‘boomers’.

Porque sí, esa generación que comprende a los nacidos entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la mitad de la década de los 60, puede tener un peso demográfico importante (así lo saben los políticos cuando rinden pleitesía a sus caprichos), pero su voracidad extractiva de bienes y recursos está sembrando el terreno para una guerra generacional que ríete tú de la de los ‘hippies’ contra sus ‘viejos’.

Los ‘baby boomers’ o ‘boomers’, a secas, tienen tendencia a levantar el dedito ante los que vinieron detrás de ellos. Les echan en cara que no doblen el lomo como lo tuvieron que doblar ellos, que en sus tiempos no había Netflix ni aerolíneas ‘low cost’, y que lo que ha de hacer la juventud es trabajar y menos quejarse. Obvian ‘detalles’ como unas circunstancias absolutamente favorables que les vinieron caídas del cielo, como el despegue económico mundial del último tercio del siglo XX. O, en el caso de España, la instalación de todos los ‘tenderetes’ económicos y políticos tras el final del franquismo. Si naciste a mediados de los 50, es bastante probable que pillaras ‘cacho’ en alguna empresa o administración y que allí te hayas quedado calentando la silla sin mayores problemas hasta la hora de convertirte en pensionista ‘tresmileurista’. Por no hablar de unos precios de vivienda que hoy resultan obscenos y otras muchas prebendas que se esconden tras la monserga de «nosotros levantamos el país».

No se trata ya sólo de que el sistema sea insostenible, como demuestra el hecho de que en la provincia de Orense haya ya más pensionistas que cotizantes. Es la combinación letal de la desesperación de los chavales que ven el tapón que les ponen los ‘boomers’ y la incapacidad de estos por comprender que para encontrar a los causantes del problema se tienen que mirar en el espejo. Pienso en cuando llegaron los Pxxr Gvng encabezando las hordas del ‘trap’, hace siete años. En sus canciones amenazaban a los ‘raperos’, como les llamaban en tono despectivo: «Nos vamos a quedar con todo, les vamos a quitar la comida, les vamos a robar las cadenas». Como no tenían nada que perder, lo consiguieron. Cambiarán las formas, pero el conflicto sigue ahí.