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Consejos para hundir a una nación

26/05/2020
 Actualizado a 26/05/2020
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Para hundir a una nación es preciso en primer lugar un gobierno de incompetentes, sin escrúpulos, sectarios, mentirosos, manipuladores… Éste será tanto más eficaz cuanto más cuenten con un pueblo ignorante, irresponsable, superficial, manipulable, sobornable… al que se puede contentar con limosnas, con promesaspopulistas de pagas vitalicias que dispensen de trabajar, con engaños... También es importante la fidelidad de los miembros del partido, aunque no estén de acuerdo con el jefe, sobre todo si están amarrados con cargos y prebendas. Es de lo que viven.

Un gran enemigo de estos gobernantes son los empresarios, porque, si crean muchos puestos de trabajo, la gente es más libre y no necesita limosnas del gobierno. Por eso estos gobernantes prefieren el caos y la miseria.

Una herramienta muy importante es el control de los medios de comunicación, mintiendo, ocultando la verdad, haciendo propaganda. Ello precisa de la colaboración de medios y periodistas que, previo pago agradecido, se presten a este trabajo sucio. España los tiene en abundancia. No hace falta dar nombres. Y, además, tienen éxito. Saben aprovechar para difundir hasta los más pequeños fallos del adversario y ocultar o disculpar los de quienes les pagan. Y dividir a los ciudadanos. También es muy valiosa la colaboración de los que no quieren pertenecer a dicha nación.

No menos importante es el control de la educación. A los alumnos no hay que formarlos para ser hombres libres y con capacidad para pensar y decidir. Aunque parezca mentira, es muy rentable fomentar la ignorancia y no valorar el esfuerzo. Que todos sean iguales, pero por abajo. Tampoco se puede hacer pactos educativos con gentes que amen la verdadera libertad. Ante todo se ha de utilizar la educación para inocular la ideología.

Ya sabemos que en la base de la democracia está la división de poderes. Por eso el gran enemigo a batir es el poder judicial. Es cuestión de hacer todos los esfuerzos por llegar a controlarlo. Mientras exista una justicia independiente no estará todo controlado.

Todo esto es perfectamente compatible con la democracia en el sentido de que se le da al pueblo la opción de votar y, lógicamente, se tiene en cuenta lo que decida la mayoría. Por eso es muy importante controlar a la mayoría, ya que la grandeza y debilidad de la democracia está en que tiene el mismo valor el voto de un sabio que el de un necio, el de un santo que el de un criminal. Por eso cada pueblo tiene los gobernantes que merece.
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