Conocimiento

En estos momentos en los que no vemos una esperanza de futuro, solo el conocimiento es la vía de salida. Cuando, una tras otra, las industrias que acomodaron sus posaderas en estas tierras se van yendo, han cerrado o ya no son rentables, al menos en los términos de rentabilidad económica a la que se habían acostumbrado, una vez que Europa ha puesto coto al chorrero constante de subvenciones que llegaban para dinamizar el territorio pero que, en su mayoría, terminaban engordando la faltriquera de los bandoleros de traje de Armani, que se han enriquecido por generaciones y que ahora, una vez han esquilmado los recursos naturales que explotaron, huyen como cobardes ratas (pido perdón a las ratas porque sé que no son tan cobardes como ellos, pero permítanme la alegoría). Ahora que ya no queda casi nada es el momento de surcar caminos inexplorados, o bien recorrer los mismos caminos desde otros paradigmas. Ha llegado el momento de apostar decididamente, no como lo hacen los que dicen y dicen pero ni hacen ni dejan hacer (seguro que todos saben a quienes me refiero), digo que es el momento de hurgar en el mundo del conocimiento. Tal y como han confirmado varios expertos universitarios en días pasados, la provincia de León debe apostar buena parte de su capital humano hacia el desarrollo de las industrias ligadas al mundo biotecnológico. La razón para esta elección es clara, tenemos el capital humano que se necesita para dinamizar este sector. Llevamos mucho tiempo formando a buenos profesionales a los que solo les falta el empujón que les permita desarrollar sus sapiencias en el mundo de la empresa. En igual medida, al menos, hay otro sector que debemos explotar al máximo y es aquel ligado a las empresas centradas en las TIC’s y todo lo que ellas llevan asociado. Aunque sin olvidar al sector agroalimentario que ahora parece fundamental en nuestra economía cotidiana, también para él son fundamentales estas dos nuevas vías. Conocimiento primero, y después, más conocimiento.