09/03/2015
 Actualizado a 14/09/2019
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Cuando a Fernando Herrero, leonés, de Calzada del Coto, residente en Barcelona desde joven, le llegó la notificación del Ayuntamiento de aquella ciudad de que había sido honrado con el honor de ‘conductor ejemplar’ acababa de regresar de Hispano América, donde había ejercido ininterrumpidamente su oficio durante más de 10 años. Si bien era cierto que no había sido objeto de ninguna multa de tráfico (y, al marchar, se había deshecho del coche) también lo era que no podía desdeñar el premio: aparcar gratis durante un año.

El lo contaba, mientras tomábamos un pica-pica con Gustavo Vega y su mujer, con los que habíamos estado presenciando uno de los espectáculos poético-visuales del primero, en la sede de los amigos de la Unesco, y resaltaba el poder seductor de ciertos títulos a los que, a veces prestamos tan poca atención como a los premiados en el concurso de poesía de la ULE.

Yo trataba de desviar la conversación hacia el drama leonés (no del ferretero de Boñar, ni la situación de Everest, o de la Vasco) sino el de la noticia de que Amancio Ortega, de Busdongo, ha caído al 4º puesto de las mayores fortunas del mundo, con sólo 64.500 millones de euros. Pero no hubo forma. De común acuerdo lograron que la conversación derivara hacia las hazañas de José Luis Rodríguez Zapatero con motivo de sus visitas de negocios por Hispano América con Moratinos de agorero.

Considerábamos que bien se merecía el título de ‘ex presidente ejemplar’; pero la cosa quedó en el general consenso de los contertulios de aceptar por bueno el aserto de José Vicente Pascual, el novelista, y leonés consorte, cuando escribió el otro día: «No es el estado lo que no funciona, sino el sistema».

Y en cuanto a la poesía visual de nuestro Gustavo Vega, pues ya lo ven, extendiéndose por el mundo. Nuestro Instituto Leonés de Cultura le publicó un catálogo magnífico en el año 2008, que da fe de que la cantera de poetas provinciales de todo tipo sigue pegando fuerte. Aunque Vega continúa esperando que le nombren ‘poeta visual ejemplar’ en su tierra (quiero decir en el Musac) donde, al parecer, para exponer hay que ser de fuera, o ‘estar’ fuera, como Fernando Herrero.

Al menos, han dejado en la pared del edificio Fierro un cuadro mío de forma permanente. No lo quitaron por falta de presupuesto, nos informó el poeta. Podían haber recurrido a Amancio Ortega, repuso nuestro amigo viajero. O nombrarle poeta visual ejemplar, al menos.
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