11/02/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Pes, las tres pes: policías, putas y periodistas. Lo escupían al aire los viejos maestros de la crónica negra. Como los maderos y las fulanas, decían, para ser un buen reportero había que estar en la calle, no pisar despachos y, sobre todo, no ir jamás a una rueda de prensa». Así despedía Luis Rendueles, subdirector de ‘Interviú’, a los lectores de la mítica publicación, esa que los adolescentes de los noventa hojeábamos en busca de lencería fina para, casi sin querer, toparnos con el máximo responsable de la Guardia Civil en calzoncillos y, de paso, adentrarnos en aquel Periodismo tan auténtico y lejano. Para un tipo como yo, que encontró en los gabinetes de prensa el desarrollo profesional que escaseaba en las grandes redacciones, el arranque de esta columna representa una contradicción. Y no me refiero a los dos primeros gremios, unos negociando la eterna equiparación salarial y otras abocadas a la supervivencia en un oficio inhumano y criminal.Quiero centrarme en la tercera pe de Periodismo. Por un lado, considero que tanto las notas como las ruedas de prensa son herramientas básicas en el ámbito de la comunicación institucional, a pesar del gran avance que representan, por poner algún ejemplo, las redes sociales, el posicionamiento en buscadores y la analítica del dato a la hora de viralizar mensajes. Del mismo modo, entiendo que los periodistas son libres de acudir, o no, a todo tipo de convocatorias, pisar el mayor número posible de despachos o contactar con las fuentes más variopintas. Lo que no podemos defender es que una comparecencia ante los medios pueda llevarse a cabo sin ronda de preguntas o que muchos redactores corten y peguen el texto del comunicado oficial sin la más mínima comprobación. Corren tiempos difíciles para ejercer el derecho a una información veraz, también a una vivienda digna o a un salario mínimo, pero ni es tarde ni está todo perdido. Es muy probable que en 2019 a los españoles nos citen hasta cuatro veces con las urnas, pues se vislumbran para un mismo año elecciones locales, autonómicas, europeas y generales. Llega el momento de votar y debemos estar todos bien informados o, al menos, desintoxicados de eso que llaman ‘fake news’, consecuencia de la sobrecarga que padecen nuestros móviles con tanto bulo corriendo por ‘Whatsapp’ y tanta basura colapsando nuestra bandeja de entrada. Enciendan la radio, compren periódicos, vean los informativos y naveguen libremente por Internet, que algún periodista nos quedará en esa calle metafórica que describe Rendueles.
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