Con el futuro sobre la Mesa

A siete días del presunto cierre de la térmica de Compostilla, la Mesa por el Futuro de León se reactivará con fuerza. La que le ha dado superar una pandemia que la ha obligado a echar el freno tras haber cogido carrerilla en sus primeros pasos. En marzo se definía su necesidad y su interés, sobre todo como foro de unidad. Al unísono se escuchaban los lemas de todos los estamentos en vistas a la caída libre que vivía León con la bajada de telón de firmas como Vestas o sobre todo el Bierzo, que escuchaba los estertores de su minería y de todo lo que el carbón va dejando morir al paso de su propio fin. La Mesa era una invitación a la esperanza, un punto y seguido para una provincia que languidecía desde su propia despoblación, en su amplio tanto por ciento de España Vaciada. León y el Bierzo conseguían un empujón desde ese olvido institucional del que también se conseguían recomponer y con esa fortaleza abrazada que se topó de frente con un mal bicho inédito. La pandemia que secundó a la llegada de ese coronavirus desconocido al que ahora tuteamos desde detrás de las mascarillas, solo pudo atenuarla. La mancha de aceite de la pesadilla se hizo con su presente, pero no con su latido. La verdad de una provincia que necesitaba una salida vuelve ahora a ponerse sobre la Mesa, generosa, haciendo un guiño a Ponferrada donde quiere amarrar sus valores. Vuelve la unidad con fecha, el 23 de junio, subiendo la escalera de la transición justa y recuperando el aliento retenido por el embrague del Covid-19.