maximob.jpg

¿Comunión por lo civil?

10/05/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Guardar
En realidad no tiene sentido hablar de bautismo o de primera comunión por lo civil, pues eso no es posible. Otra cosa es el matrimonio civil, que es muy respetable. Lo que ocurre es que, dado que hay padres que no quieren bautizar a sus hijos ni que éstos reciban la primera comunión, en algunos lugares, especialmente en ciertos ayuntamientos, se ha inventado una especie de ceremonia laica para que se haga una fiesta familiar cuando nace un niño. O para que los niños que no hacen la primera comunión no se sientan discriminados respecto de los que sí la hacen también se les hace una fiesta con el banquete y con los correspondientes trajes y regalos. Irónicamente se les llama bautismo civil o primera comunión por lo civil.

Y es que quienes rechazan la liturgia cristiana en el fondo no pueden vivir sin copiar y suplir de alguna manera el vacío que deja el apartarse de la Iglesia. Pero nunca será igual. Porque lo que realmente llena el corazón humano es el encuentro personal con Jesucristo.

Otra cosa es que algunos de los bautismos y primeras comuniones realizados en la Iglesia pueden ser tan paganos y carentes de sentido religioso como los que llamamos por lo civil, porque a veces da la impresión de que lo único que les importa es el banquete, los trajes, los regalos… dado que no toman en serio lo que significa el sacramento, y puede ser que se trate de la primera y última comunión, de forma que ya no vuelven a pisar por la iglesia, ni hay una vida cristiana tomada en serio. También podríamos llamarlas ‘comuniones civiles por la Iglesia’.

Pero seamos positivos. Hay muchos padres que con ocasión de la primera comunión de sus hijos redescubren su fe, si es que estaba un poco apagada, y se enganchan de nuevo a la vida cristiana. Descubren la alegría del domingo participando en la Eucaristía, alimentando así su fe y su amor. Cuando esto sucede, cada domingo se convierte realmente en una fiesta. Lo otro, el reducirlo todo a un día, a un mero acto social, como que sirve de muy poco. Más aun, a veces parece un desfile de modelos y una feria de vanidades.

Ojalá no ocurra con las primeras comuniones como con esos árboles floridos que nos ofrece la primavera, pero que una helada destroza en una noche y ya no dan fruto. Que algo tan hermoso y prometedor como es la primera comunión de nuestros niños no se vea truncado por el enfriamiento espiritual y la indiferencia de unos padres que no siguen cuidando y protegiendo la fe de sus hijos, con la palabra y con el ejemplo.
Lo más leído