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Completamente viernes

15/11/2019
 Actualizado a 15/11/2019
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Me encuentro cómoda, a gusto, desde hace mucho con los viernes, ‘Completamente viernes’ como anuncia el poeta Luis García Montero, el esposo de la novelista Almudena Grandes, amigo del poeta asturiano Ángel González a cuya vida y obra le ha prestado mucha atención el largo, eficaz alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo Fernández. No hay más que visitar el Centro Rural de Innovación Educativa (CRIE) en el propio Páramo. En él todo habla sobre el asturiano amigo de Joaquín Sabina, Premio Príncipe de Asturias y Reina Sofía. Y habla porque su vida estuvo vinculada a Páramo en una etapa tan difícil como decisiva en su porvenir. Me refiero al momento en que estuvo aquejado de tuberculosis, llegando a este pueblo berciano con su hermana Maruja, maestra desterrada y su madre. Con el tiempo recuperaría la salud gracias a ese clima seco o a la diosa Fortuna o a ambos a la vez. Lo cierto es que allí se curó, cosa nunca olvidada por él tal como revela en el documental Esta es mi tierra.

Asimismo me agrada, encanta, me hace feliz el que este último viernes la Corte Suprema de Brasil haya dictaminado la puesta en libertad, tras 580 días encarcelado indebidamente, del ex presidente del país Luiz Inácio Lula da Silva, más conocido por Lula da Silva, junto con otros miles de brasileños por igual motivo presos. Mas si bien he admirado siempre a Lula he detestado y detesto sin remedio al actual presidente Jaia Bolsonaro, corrupto sin mesura; también me gustan porque los viernes me estaba y prosigue permitido acudir a airearme a mi pueblo mientras escucho los arroyos con su murmurio. Por todo lo anterior he elegido igualmente cuando comencé en este Diario, desde el arranque del mismo, dicho día próximo a cerrar la semana para publicar mi columna quincenal. Amo los viernes además porque La Parca no me ha arrebatado nunca en viernes mis seres más queridos y porque en viernes me he recibido el profundo pensamiento pregonado por Julián Husley en 1964: «Todos los aspecto de la realidad están sujetos a evolución, como los átomos, estrellas, peces, flores, sociedades, valores humanos; de hecho (…) toda la realidad es un único proceso de evolución»; amo el viernes, lo venero, sí, porque si fuese poco lo mencionado nunca en él he tenido que acudir a un hospital sangrando, ni siquiera a consulta jadeante, febril o con la clavícula desviada.

Cuento todo esto hoy, recalco, ‘Completamente viernes’, transcurridas las elecciones generales por segunda vez este año hace escasas fechas, en domingo como los últimos años para abaratar costes en mi querida España, esta España mía, esta España nuestra como cantaba Cecilia. Y aunque solo sea una pizca, máxime cuando yo no soy politóloga, conviene hablar sobre ellas. Pobre partido naranja, pobre Albert Rivera, tan engreído, chulín, cuyos pactos con Vox, la extrema derecha, y con el PP lo fulminaron, algo que ya vaticinaban Manuel Valls, el ex primer ministro francés que una vez en España abandonó la filas de Ciudadanos al observar la ruta errónea que llevaba. Lo mismo hizo Javier Nart y otras figuras descollantes del partido. En fin, me atrevo a pronosticar que Ciudadanos, fundamentalmente, con sus últimos bandazos se ha suicidado y del suicidio no se retorna nunca. También vaticino que el ascenso de Vox es pasajero. Su ascenso meteórico se debe ante todo a votantes descontentos de Ciudadanos y PP que regresarán al redil en el caso PP.

Por supuesto he ido a votar. Lo hago siempre. No olvido nunca cuánto han luchado muchas personas para conseguir tal derecho. Eran las 17:45. Un goteo humano sin pausa entraba y salía. Con gélida nieve en los altos más altos y alguna menos en los altozanos solicito una cuchara de besos para despedir este viernes ‘Completamente Viernes’.
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