Como si en juego estuviera el ascenso de la Cultural

Por Jesús Coca

22/05/2018
 Actualizado a 09/09/2019
Iván González festeja el ascenso con la afición. | MAURICIO PEÑA
Iván González festeja el ascenso con la afición. | MAURICIO PEÑA
En la montaña rusa de sensaciones que ha sido la Cultural esta temporada, tras muchos ‘looping’ y una gran subida que dejó la sensación de tocar ya el cielo, las dos últimas jornadas han supuesto un descenso prácticamente vertical en el estado de ánimo culturalista.

Nadie esperaba conformarse con un empate ante el Lugo tal y como iba el partido. Por supuesto tampoco que tras seis encuentros sin perder y ganando 0-2 al descanso, ante un equipo que llevaba cinco partidos sin marcar, te acabaras yéndote de vacío. Y por descontado que, cuando parecía que incluso 45-46 puntos podrían ser suficientes, la salvación se acabara encareciendo hasta los 49 o 50 porque absolutamente todos los rivales directos ganen, incluidos cuatro pinchazos de los tres grandes ‘cocos’ frente a ellos.

Sin embargo, es tiempo de cabeza fría. A dos jornadas para el final, sí que no hay lugar a debatir sobre cambios drásticos. En 15 días, con final feliz o trágico, habrá muchas cosas de las que hablar. De la falta de reacción o adaptación, del número de groseros errores individuales que algún jugador acumula ya o de la planificación.

De todo habrá que aprender en el futuro, pero ahora eso pasa a un segundo plano. Hemos gastado el calificativo de final, pero lo del domingo ante el Oviedo sí que suena a ‘ganar o morir’. Y, por cabreados que puedan estar algunos aficionados, es momento de volcarse. De tomarse el encuentro como un cara o cruz por estar en Segunda División.

Durante las más de cuatro décadas que la Cultural transitó fuera de la categoría de Plata, colocarse a un paso de la misma era un arduo y durísimo trabajo. En contadísimas ocasiones se vieron los leoneses sabiendo que, ganando dos partidos, eran de Segunda. Que incluso con uno y un empate debiera acabar sirviendo. Y esa es la situación actual.

Quizá todos debamos hacer un ejercicio de imaginación de aquí al domingo. Olvidar los pinchazos, los disgustos, las sensaciones y el pesimismo que ahora mismo podamos tener. Cogernos unas gafas de realidad virtual y transformar la montaña rusa. Pensar en la escuadra ovetense como si fuera el Barcelona B del año pasado. Como si el 27 de mayo de 2018 fuera el mismo día que 364 días atrás supuso el ascenso. Con el mismo ánimo y las mismas iniciativas, antes y durante el partido, aunque en algún momento este se tuerza.

Porque, por difícil que las cosas se vean, y tras este fin de semana todos así las hemos visto, nadie me podrá negar que en los últimos 43 años se cuentan con los dedos de las manos las veces que más cerca ha tenido la Cultural la opción de jugar la próxima temporada en Segunda División de lo que lo tiene ahora.

Todo pasa por ganar el domingo. Puede conseguirse. Aún no se depende de terceros. Tal y como se ha puesto, sería como volver a lograr ascender. Veámoslo todos así.
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