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Como metáfora y como realidad

28/12/2014
 Actualizado a 15/09/2019
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El domingo pasado acabábamos con un brindis por los lectores. Mantengamos hoy el signo, pero bajando el brazo en cuanto pasen las doce de la noche del próximo miércoles, cuando se junten un año que se va y un año que se viene. Que Dios y los hombres y la naturaleza perdonen nuestras barbaridades del 2014 y que la naturaleza, los hombres y Dios mismo sean, para el 2015, estímulos que inviten, por una parte, a no repetirlas y, por otra, a superarlas con un ejercicio esforzado de buen hacer. Y de buen hablar. Y, sobre todo, de buen pensar y de buen querer. Que, de otro modo, sería de «buen amor»; como el del arcipreste de Hita, pero a lo grande.

No cabe que sea de otra manera si como telón de fondo está la Natividad del Salvador, encarnado en Jesús, ‘el hijo del carpintero’ de Nazaret. «Un acto cargado de humildad, que sigue siendo una lección de vida»; parece frase de San Agustín o del papa Francisco, pero no: resulta que es una fórmula proclamada por un político de nuestra comunidad autónoma. Bueno es que no se olvide dónde están las fuentes de nuestra civilización. Que, por cierto, sigue haciendo milagros de esperanza y de solidaridad. Por ejemplo, la campaña que, contra penurias y escasez de brazos, lleva a cabo la Asociación Belenista de León; visiten (todavía es posible) sus exposiciones en el palacio Conde Luna y en la Sala Torreblanca de la capital y acudan a disfrutar de los villancicos de hoy mismo, a las 8 de la tarde, en la parroquia de Santa Marina. Y la Campaña de Navidad de Cáritas de Astorga, por la Cope, que ha cumplido su 52 edición, bajo el lema de ‘Comparte con alegría; son tus hermanos’ y que hasta el momento ha conseguido recaudar más de 50.000 euros. Y la incontable sarta de convocatorias que llaman a nutrir con el ejercicio de nuestra fraternidad (la virtud que nos ha sacado de la selva, aunque aún nos queden bastantes pelos de la dehesa) las ‘cestas navideñas’ que permiten a miles de personas saborear, como metáfora y como realidad, qué significa la Navidad.

También aquí debemos situar los acaecimientos que, en la órbita cristiana, celebramos estos días. Por tres causas tan necesarias como fundamentales (en el sentido literal de ser ‘cimiento’ de nuestra cultura y condición): la Vida, la Familia y la Paz. Hoy es la Jornada por la Familia y por la Vida (lema: «La alegría del evangelio de la familia») y el jueves, día 1, la Jornada por la Paz («No esclavos, sino hermanos»). No son malas causas para cerrar un año y abrir otro. Ánimo y a tirar del carro.
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