¿Cómo llegaron dos nutrias hasta la laguna?

La junta vecinal de Lago de Babia convocó un concurso de fotografía al que se presentaron autores procedentes de toda España, pues no en vano cualquier excusa es buena para visitar esta hermosa localidad y, además, resulta especialmente ‘fotografiable’. Uno de los aspirantes al premio presentó una imagen en la que se veía a dos nutrias en la conocida como Laguna Grande, el precioso lago que se encuentra en la parte superior del pueblo rodeado por impresionantes montañas. La primera reacción de los organizadores del premio fue rechazar la imagen, ya que intuyeron que se trataría de un montaje: no se tenían noticias de que en la laguna hubiera nutrias.

Sin embargo, vecinos y visitantes de este pintoresco pueblo, convertido prácticamente en un museo al aire libre por el pintor Manolo Sierra, empezaron a comentar que más de uno había visto a las nutrias. La laguna está nada más y nada menos que a 1.440 metros de altitud y no tiene una fuentepor la que le llegue el agua durante todo el año, por lo que muchos no consideraban creíble la noticia, algo así como si fuera otra leyenda que sumar a la del origen del lago: una babiana cuidaba de sus vacas mientras amamantaba al bebé de una familia de linaje, se quedó dormida, el «neno» fue devorado por una gran serpiente y la mujer lloró tanto que encharcó los prados para siempre. Pero los comentarios se fueron sucediendo y las fotografías también, de modo que parece que ya a todos les ha quedado claro que, efectivamente, en la Laguna Grande vive ahora una pareja de nutrias.

Son muchos los curiosos que se han desplazado desde entonces al lugar, que por otra parte no necesita más motivación que lo espectacular de su paisaje y sus fascinantes noches de estrellas y ranas. La explicación que encuentran los expertos es que las nutrias llegarían hasta la Laguna subiendo por alguno de los regueros que descienden desde allí coincidiendo con alguna de las épocas de lluvias y de crecida de los ríos y riachuelos de la zona (‘Reventó Michán’, titulaba su columna hace un par de semanas el colaborador de esta casa Miguel Paz Cabanas, en referencia a uno de éstos). Al descubrir el paraje, como por otra parte es completamente lógico, la pareja de nutrias decidió quedarse allí a vivir.