Pero tiene varias limitaciones. En primer lugar, la duración. Los usuarios solo disponen de un lapso de tiempo de hasta 7 minutos para hacerlo efectiva. Además, puede que los destinatarios vean el mensaje «antes» de que se anule o si el mensaje no se anuló con éxito. En cualquier caso, el usuario receptor se encontrará con una notificación que reza: «Este mensaje se ha eliminado». Una decisión controvertida puesto que este «cartel» puede despertar el recelo de los usuarios, obligando al usuario emisor a dar explicaciones.
Los pasos para hacerlo son bien sencillos. Una vez que se ha enviado el mensaje en cuestión, el usuario debe mantener pulsado sobre el contenido que se haya compartido. Posteriormente, hay que darle a «eliminar». Entonces, aparecerán dos opciones, «Eliminar para todos» o «Eliminar para mí». Esta última elección ya estaba disponible hasta ahora. La novedad es que, en efecto, se puede borrar el mensaje. Por tanto, como es obvio, optando por «Eliminar para todos» el contenido desaparecerá definitivamente, dejando no obstante un rastro en forma de notificación.
Un fallo en Android
En Android funciona de manera similar; hay que localizar el mensaje a eliminar y presionar sobre él para seleccionarlo. Una vez que se abre un menú, pulsar sobre «Eliminar» desde el icono con forma de papelera. Entonces, dar a eliminar y aceptar. Cabe añadir que, a modo de curiosidad, existen varias aplicaciones para Andorid (Notification History) que permiten acceder al registro de notificaciones y mensajes eliminados gracias a aprovechar un fallo de seguridad que permite saltarse las restricciones.