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¿Cómo crear una tiranía?

12/03/2019
 Actualizado a 10/09/2019
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Hace ya bastante tiempo que leí unlibro de Jean-François Revel titulado ‘Cómo terminan las democracias’. Hacía referencia, sobre todo, a la peligrosa influencia del comunismo en un momento anterior a la caída del muro de Berlín. Ahora podríamos escribir algo parecido bajo el título ‘Cómo empiezan las tiranías’.

Podemos poner algunos ejemplos de tiranías actuales: Cuba y Venezuela. Comencemos por Cuba. En Cuba vivían bajo la dictadura de Batista, y Fidel Castro irrumpió en escena como un libertador, aclamado por el pueblo. Era el momento en que se había puesto de moda el comunismo como la gran esperanza de salvación de los pueblos. La gente se lo creía. Los nuevos líderes prometían al pueblo un futuro maravilloso y el pueblo confiaba ciegamente en la llegada del paraíso en la tierra. Pero ya sabemos a qué ha conducido: a la falta de libertad, a la miseria y al derramamiento de sangre. Por supuesto, la democracia, es decir, el poder de decisión del pueblo se acabó definitivamente.

Venezuela era un país democrático y rico, pero en el que la corrupción hizo muchos estragos. Vino de nuevo un libertador, Hugo Chávez, elegido democráticamente. También se le llenaba la boca de promesas. Y el pueblo se las creía. Al mismo tiempo le fue cogiendo gusto al poder de tal manera que las elecciones se fueron convirtiendo en un mero simulacro. Y no digamos con su sucesor Nicolás Maduro, de tal forma que ya es absolutamente imposible quitarlo del poder por procedimientos democráticos. También Hitler fue elegido en las urnas, y ya sabemos a dónde llegó.

Cuando el apego al poder a cualquier precio se adueña de un gobernante sin escrúpulos y éste se considera como el único salvador, cuando se aficiona a las vanidades y privilegios, existe el peligro de que ponga todos los medios para mantenerse atado a la poltrona. Y lo que formalmente parece una democracia puede convertirse en una verdadera tiranía. Ciertamente no será posible llevar a cabo todo eso sin la mentira y el engaño. Todo es cuestión de decir y prometer al pueblo lo que al pueblo le gusta oír, aunque sea imposible de llevarlo a la práctica.

¿Está España en esta situación? Hay mucha gente consciente de que, si el pueblo se deja engatusar, podemos entrar en una dinámica capaz de llevarnos a las más altas cotas de miseria económica, moral y social. Los que hemos tenido la suerte de vivir bajo distintos gobiernos desde la modélica transición tenemos más criterios para juzgar el presente que los nuevos electores y parece normal que estemos preocupados.
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