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Comida, sexo y rock and roll

04/09/2021
 Actualizado a 04/09/2021
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Recientemente, celebrábamos una comida inaugural de curso entre congéneres, donde se aprovechó el evento para recuperar crónicas, dimes y diretes y ecos de sociedad despistados. Y entre plato y plato, se entremezclaron con las viandas, los vaivenes erótico festivos de conocidos personajes. Fueron inevitables malévolas risas y nuestros asombros, contenidos, por la torpeza de algunos pillados en pleno plenilunio desaforado y la desfachatez de otros por sus tendencias constantes a la ocupación de nidos ajenos.

Llovieron las reflexiones sobre el impacto que tales escarceos amorosos traidores, producen entre allegados y afines. Las consecuencias que aquestos lances, producen sobre los hijos de la pareja. Huellas que ocasionan auténticos cataclismos en la vida de esos chavales, inmersos en guerras económicas, cambios de vivienda , tormentas familiares. Su mundo se desmorona. Desarraigos. Inmensa soledad. Vacío.

Y resulta que hoy, se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual, definida por la OMS como un «estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad». Asimismo la ONG asegura que «requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales».

Llama la atención, la elección del término ‘respetuoso’, procedente del latín ‘respectus’ que significa acción de mirar hacia atrás y también atención, consideración, miramiento.

El profesor Félix López, catedrático de Psicología de la Universidad de Salamanca, en su manual ‘Ética de la relaciones sexuales y amorosas’ se lamenta de que estas se hayan convertido en «un producto más de consumo» y propone un concepto de la sexualidad fundado sobre «la libertad, la dignidad, la justicia, la igualdad y la empatía» así como «un uso inteligente de la razón y las emociones». Afirma que «somos seres para el contacto y la vinculación, conscientes de que nuestra felicidad y bienestar van a depender, en gran medida, de cómo nos relacionamos con los demás».

Y al hilo de analizar el comportamiento de los demás, surgió otra palabreja de esas que tanto fascinan a los filósofos: otredad, ese reconocimiento del otro como un individuo diferente, que no forma parte de la comunidad propia. Al reconocer la existencia de otro, la propia persona asume su identidad.

Así que nos reafirmamos en el diferente. Entendible por tanto la necesidad de interacción constante con el prójimo y la prójima, en toda gama de aproximaciones, que van desde la leve mirada, al más íntimo de los acercamientos.

Pues sí que dio de si la comida colegial. Solo faltó el rock and roll. Pero eso para otro día.
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