Colectiva de verano en Santibáñez de Porma

La exposición colectiva ‘Después del silencio’ se podrá visitar hasta el 31 de octubre, bajo cita previa, en las salas y patios de la Fundación Merayo en la localidad de Santibáñez de Porma

Vicente García
30/07/2020
 Actualizado a 31/07/2020
Foto de familia de artistas y organizadores en Santibáñez de Porma. | LORETO PERAL
Foto de familia de artistas y organizadores en Santibáñez de Porma. | LORETO PERAL
En este mes de julio, con la colaboración de la Diputación Provincial y el Instituto Leonés de Cultura, ha comenzado la séptima edición de la exposición colectiva que presenta la Fundación Merayo en Santibáñez del Porma y en la que se pueden contemplar obras de pintura de Ángela Merayo y Esteban Tranche, instalaciones de Ana María Campos y Sandra G. Muñoz, así como esculturas de Antonia de Lara, Carlos Cuenllas, Cosme Paredes, Antolín Álvarez, Javier Robles, Mariano Gutiérrez y Jesús Pombo, además de una reinterpretación fotográfica personal del cuento de Caperucita a cargo de los miembros del grupo ‘Diafragma’ de León.

Pintura

En lo que fue capilla del preventorio se encuentran las obras de Esteban Tranche. Rosa María Olmos, comisaria de la exposición habla de la pintura de Tranche «combinando los colores con las grafías muy propio de la obra de este autor, donde se entremezcla la potencia del color con las grafías, a veces líneas rectas otras curvadas, que se entrelazan. Tiene dos partes, un grupo de obras más antiguas y otras más actuales y coloristas, muchas de ellas son inéditas por el tamaño, ya que no entran en cualquier espacio».

Ángela Merayo expone varias piezas en las que ha elaborado desde el soporte a todos los detalles de la obra, que están dedicados al genial músico Schubert y que llama de modo colectivo ‘Schubertiada’, en la que aúna la música, la poesía y la pintura con obras tan características como ‘Los dioses griegos’ o ‘La muerte y la doncella’, una visión muy particular con dos momentos de la pieza expresados de un modo sensorial en el que se muestra los sentimientos a partir de la obra musical en el que se pueden encontrar visiones poéticas de los grandes autores del romanticismo alemán Goethe o Schiller tan unidos a Schubert y tan influyentes cada uno en su campo.

Escultura

María Antonia de Lora hace escultura de dos tipos: por un lado hace obras en vidrio con un colorido que se potencia con el efecto de la luz y va variando de acuerdo con la iluminación natural, porque no es partidaria de añadir fuentes de luz artificiales a sus obras. Tiene piezas planas en las que simplemente se puede ver el colorido y la forma al trasluz y otras con un cierto volumen muy especial. Se trata en su mayor parte de representaciones de animales que han venido a la autora en el momento de su elaboración y representan los animales del jardín del Edén. Por otro lado, hay dos piezas que representan a un peregrino del camino de Santiago y el rostro del gran escritor Saramago y no tienen apenas vidrio. La autora dice: «son esculturas que requieren un gran trabajo y mucho amor. Son piezas únicas, no es una obra que haces un molde y la repites, es un trabajo en el que no cuenta el tiempo, sino el mostrar lo que quieres decir al mundo. La belleza del vidrio me he inspirado estas obras. No es algo que haya visto y copie, sino que sale de mi interior». También dice que su gran satisfacción es ver que la gente se encuentra satisfecha con su obra.

Otros escultores son Cosme Paredes, que presenta varios animales creados en su peculiar estilo de chapas soldadas, que muestra su forma de ver la realidad también a través de figuras de animales, en una mezcla de su mundo de procedencia y el leonés donde actualmente trabaja.

Carlos Cuenllas presenta dos piezas en acero y material en su modo de ver la realidad en el medio natural actual. ‘Mies mecida por el viento’ que representa el mundo natural con ese acero tan insensible que al doblarse suavemente crea la sensación de naturaleza viva. ‘Punto’ es una expresión conceptual de una idea en forma de esfera.

Mariano Gutiérrez utiliza las escorias dando forma a medios informes en los que pugna por salir un ser humano, creando una realidad inmunda en la que el hombre se halla inmerso y que trata por todos los medios de salir de ella.

Javier Robles presenta dos esculturas en su peculiar estilo, creadas en hierro y que representan situaciones complicadas en las vidas de las personas. Sus títulos: ‘Sin techo’ y ‘La despedida’ lo dicen todo, unas esculturas cargadas de sentimiento y de ternura en un material totalmente incapaz de crear grandes sensaciones humanas a no ser que la mano de un artista le de su toque personal.

Jesús Pombo de los Arcos presenta una pieza realizada en bronce llamada ‘Tras la barrera’, una obra figurativa de ambiente taurino.

Antolín Álvarez Chamorro, es un escultor que se expresa en diferentes materiales. ‘La cabeza’, que presenta en esta ocasión, está realizada en hierro y hormigón. Esta combinación de materiales y de elementos donde son tan importantes los espacios llenos como los espacios vacíos le confiere una cualidad expresionista que destaca en el patio de la Fundación.

Instalaciones

Las dos instalaciones están a cargo, por un lado de Ana María Campos, que ha presentado un bosque que ha llamado ‘El bosque afable’ a partir de piezas textiles donde la artista representa un bosque simulado con diferentes telas de origen natural estampadas con elementos naturales, según explica Rosa María Olmos: «con un método muy laborioso, en el que recoge ramas, hojas, flores… va imprimiendo en las telas las formas, los colores, que no tienen por qué coincidir con las plantas en su estado natural» . Se trata de una técnica de estampación botánica sobre textil. Las telas van acompañadas de un herbario con algunas pruebas de las posibilidades de esta técnica.

Por otro lado, la instalación de Sandra González Muñoz, quien trabaja con fibras naturales y llama a su obra ‘Constricción’, que según la autora está basado en la obra ‘Bodas de sangre’ de Lorca exponiendo cómo la sociedad constriñe a la mujer. Una pieza es el velo de la novia, realizado en alambre y lino, «creando, –según dice Rosa Mª Olmos–, una malla que quiere romper y no puede, que la sujeta a su mundo, ese mundo de las costumbres, de la sociedad oprimente con la que quisiera romper. La otra es más opresiva todavía, pues está realizada con bridas de plástico, que por dentro queda con pinchos, es un hábitat, donde la mujer también se encuentra constreñida, muy difícil de salir para adelante». La pieza se complementa con la instalación sonora incidental de Alice Wyan.

Fotografía

Por último, el grupo fotográfico ‘Diafragma’ de León ha realizado una reinterpretación fotográfica del cuento de Caperucita con piezas muy diferentes según cada uno de los autores.

Debido a la situación sanitaria del momento la exposición de la Fundación Merayo en Santibáñez de Porma puede visitarse con mascarilla y pidiendo cita previa al teléfono 987 31 91 50 y se prolongará hasta el día 31 de octubre.
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