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Coito barato, pierdo dinero

07/07/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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Llega la canícula y las cabezas se ponen que no las controlas ni con el sobeo del yugo cuando se araba con arao. Ya lo decía Pocaescuela cuando se le calentaba la tartera: «No hablo yo, hablan las fiebres».

Pues con esta calor que nos aprieta ni te cuento. Y además llegan los becarios a los periódicos y ya les echa la culpa de todo, entre que algo siempre se escapa –como sin ellos– y que los veraneantes se sientan en la terraza y estudian el periódico más que leerlo no hay quien se escape al control.

Sin ir más lejos, que hay volver y la gasolina sigue subiendo, esta misma semana un periódico de Asturias que no voy a decir pero que lleva anunciando una España nueva desde Pelayo, nos alegraba la mañana. Se conoce que el becario no le encontró mucha chicha a la noticia que le mandaron a cubrir, que había una iglesia, hay tantas, y que era para misas y esas cosas, ya, para qué si no... y se le ocurrió una treta para que el lector le viera el gancho a la noticia y entrara a leerla. Ya se sabe que los titulares son fundamentales y él no se anduvo por las ramas: «Una iglesia para el culo».

Como para no leerla.

La iglesia siempre ha dado muchojuego. Si se lo unes a un extranjero con problemas de idioma la situación no tiene más que una salida. Que se lo digan a la inglesa que enseñaba una urbanización para ricos y decía a los posibles compradores: «Las imágenes pintadas en el techo son copia de la cópula del Vaticano».

Aunque no andaba Sidoro, el del Bar Casa Isidoro dios nos lo guarde, muy lejos de esta inglesa cuando llegó hace muchos años el ambulante que aún sigue viniendo por el pueblo –el señor musulmán, que le llaman– y el buen ‘paisa’ se quejó de que recorría el pueblo anunciando sus productos a voces –«¡moito barato!, pierdo dinero»– y nadie salía a comprarle nada, ni calcetines, ni linternas, ni muñecos con luces que bailan, ni alfombras...

Y entonces Sidoro le explicó: «Es que lo anuncias mal, eso de moito no existe, tienes que decir ‘coito barato, pierdo dinero’. Verás como salen».

El desenlace, la verdad, no os lo digo que ando con fiebres.
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