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Cocido de consenso

24/10/2019
 Actualizado a 24/10/2019
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El primer día que una desconocida me abroncó por sujetarle la puerta comprendí que se habían roto todos los consensos. Lo sigo haciendo, como cortesía rebelde, con media sonrisa. La cortesía es una de esas las palabras olvidadas, de tantos términos caídos o pervertidos en la batalla de la semántica. Palabras transgénicas para imponer relatos prefabricados. Creemos discutir y no discutimos nunca. Dice la RAE que es «contender y alegar razones», y contender lo define como «contraponer opiniones». La gente habla, insulta, grita, exige. Pero no discute porque la argumentación no importa.

Puede que todo empezara el día que me torcieron el gesto tan solo por ser amable y se destrozaron los consensos. Aquellos que permitían el debate y que eran invariables a los vientos ideológicos o estrategias coyunturales. Había un sustrato compartido para fertilizar el debate. Antes la verdad judicial era algo incuestionable. Ningún demócrata asumiría ‘tsunami democrático» para denominar una revuelta que busca doblegar el orden constitucional. Ni siquiera para condenarlo. La Memoria Histórica es pasear en helicóptero a Franco (si la Dana, antes lluvias de otoño, lo permite) en vez de terminar de vaciar de olvidados huesos sin nombre las cunetas.

Aquí habrá huelga de funcionarios el 6 de noviembre porque se nos desmoronó el consenso de la seguridad institucional. Y lo que firmó un Gobierno, con boato y fotógrafos, resulta que ya no vale porque los mismos se sienten ahora otros. Empiecen a tirar lo firmado. Al contenedor azul si es posible. Les ha pasado también a los colectivos LGTBi que negociaron una nueva Ley con los grupos de las Cortes, y resulta que con el cambio de legislatura mudaron las sensibilidades. Por supuesto, no hay discusión posible. Los consensos ahora caducan. Y punto. Hasta los gastronómicos. Instagram ha eliminado fotografías de un cocido gallego por considerarlo «violencia gráfica». Logaritmos sin hambre. Triunfo vegano. Estamos perdidos si ni siquiera un buen cocido logra ponernos de acuerdo. Pase usted, pase.
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