Desde este grupo se mantienen con frecuencia contactos con los colectivos agrícolas y ganaderos y se recaba información –también con la ayuda de la ciudadanía– sobre los delitos cometidos en el medio rural, que se investigan a la vez que se toman las medidas oportunas que permitan mejorar la seguridad de las explotaciones.
El control de las chatarrerías y los mercadillos también permite a esta cuadrilla de la Guardia Civil identificar a los posibles autores de los robos, teniendo en cuenta que es en estos escenarios donde el material sustraído puede encontrar salida de forma más sencilla, ya que se oferta a un precio muy inferior al que tendría en el mercado regulado.
Una vez que se identifica al delincuente, el Equipo diseña un dispositivo que concluye con su detención. En los seis primeros meses de vida del grupo se logró recuperar prácticamente el 80% del material sustraído y se detuvo a 40 personas.
Muy valorados
Su eficacia permitió también reducir el número de sucesos que se han registrado desde entonces en los núcleos rurales, lo que ha hecho que la labor de este Equipo sea muy bien valorada.
En la provincia leonesa las zonas que concentran un mayor número de sucesos de este tipo son el Páramo, el Esla o el Órbigo.