03/05/2018
 Actualizado a 10/09/2019
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El día lunes, a raíz de un recado que me tenía que dar mi hijo y casi se le olvida, me acordé de Clodomiro ‘el ñajo’, la canción de Carlos Mejía Godoy que estuvo muy de moda a finales de los setenta del pasado siglo. Para los jóvenes o los desmemoriados, que también habrá, deciros que cuenta la historia de un chico, Clodomiro, que trabajaba de «celador mal pagado en la farmacia de Cleto Urrós», y que era un poco retrasado. Un día, el mentado Cleto Urrós, lo envía a la ferretería a comprar «una libra de clavos y un formón». Le advierte que lo apunte, que se le va a olvidar, pero él le contesta que tiene un truco para no olvidar nada: poner al recado musiquita. Y así se lanza a la calle cantando «una libra de clavos y un formón, una libra de clavos y un formón». Pero, ¡ay carajo!, se encontró con un amigo por la calle y para que no se riera de él, en vez de cantar, silbó. Lo malo fue que al llegar a la ferretería sólo pudo silbar la melodía, con lo que el dependiente no entendió nada y lo amenazó con sacarlo de allí a puñetazos, «ñajo tonto».

Es importante apuntar las cosas. Así no habrá nunca dimes y diretes, malentendidos y sobreentendidos que lo único que hacen es levantar malos humores, iras y resabios...; aunque tampoco lo lograríamos. Los hombres tenemos una destreza impresionante para jugar con las palabras y para intentar convencer a los demás que no es impostura el «donde dije digo, digo Diego». Sería necesario apuntar y no olvidar porque así no tendríamos que sonrojarnos al ver que éste gobierno, que padecemos desde hace dos eternas legislaturas, aprueba la subida de las pensiones un 1,8% en los presupuestos de este año después de haber jurado por lo más sagrado que una subida aún menor, la del IPC, sería la ruina de España... Lo malo del asunto es que esta tabarra la decía ¡hace tal solo quince días! ¿En qué quedamos?, ¿en la burra o en los treinta reales? ¿Era cierta la tabarra o sólo fue un engaño para lograr que algún cuitado, (en éste caso el Partido Nacionalista Vasco, que de cuitado no tiene nada), tragase y le diese el apoyo para aprobar los dichosos presupuestos y así lograr otro año más en el pesebre del poder? Por un año más rascando bola, algunos, los del Pp, son capaces de dar al usurero una libra de su propia carne, como en el ‘El mercader de Venecia’. ¿Cómo demonios puede tornar una afirmación de tal calibre, en quince días, del blanco al negro? Espero, con toda mi alma, que los que votáis habitualmente tengáis suficiente memoria para castigar a estos impresentables como se merecen. Porque todos los temas de corrupción que asolan al Pp no tienen casi importancia ante el hecho que os he descrito. Se ríen de nosotros como si fuésemos tontos o algo peor.

Pero no sólo ocurren estos desafueros en el Pp... Tuvimos un presidente del gobierno que no nació aquí, en León, pero que si pació hasta que se hizo un hombre. El tal presidente, (todos sabéis que hablo de Zapatero), fue un funambulista de las palabras, retorciéndolas hasta conseguir que el pueblo, tú y yo, las creyésemos a pies puntillas. ¿Cuántas veces afirmo que «ya se ven brotes verdes en la economía»? Varias, muchas. ¿Cuántas otras veces dijo aquello que España estaba a punto de sobrepasar a Italia y que el Reino Unido ya notaba nuestro aliento en su nuca? Varias, muchas. Por supuesto, no sucedió lo que él dijo; todo lo contrario. A los brotes los pilló una helada de la hostia y los chamuscó y los italianos y los británicos están, aún, escojonándose de nosotros.

Zapatero y Rajoy han sido una maldición para este país, una venganza de los dioses con todos los españoles, logrando que se nos terminara el optimismo y el gracejo ese nuestro tan característico. Y es una pena... El sucesor en el partido de Zp, el ínclito Sánchez, también debería callar para que no nos acordásemos de sus incongruencias. Lleva una temporada que tiene como mantra o soniquete el asunto de la subida de las pensiones. Sí, también él. Se dio cuenta que el tema minaba la confianza de los viejos en el Pp y atacó con todas sus armas y bagajes. Cómo ya expliqué otra vez aquí mismo, los viejos tienen toda la razón para protestar. Pero estos señores no deberían intentar instrumentalizar un asunto tan serio, más que nada porque a Sánchez, como al ñajo, se le olvidó la letra y solo consiguió silbar la melodía. Sánchez, en los últimos días del reinado de Zp, votó en el congreso a favor de congelar las pensiones. No me sirve que digan que las cosas han cambiado y que como nos está yendo mejor, ahora sí se pueden adecuar a las distintas subidas del coste de la vida. Las cosas no han cambiado tanto. Es más, siguen lo mismo: los ricos cada vez son más ricos y los pobres las pasan igual de putas que hace diez años. Es que no tienen remedio...

Salud, anarquía y tres bierzos cada día.
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