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Clemente, Cs y el adoctrinamiento

07/03/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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El fichaje de Silvia Clemente por el partido Ciudadanos está levantando una agitación notable dentro de la formación. Clemente ha sido presidente del parlamento autonómico de Castilla y León hasta hace unos días. También presidía la Fundación Villalar, herramienta de adoctrinamiento y propaganda de la Junta. Desde ella se ha promovido la modificación de la historia escrita como instrumento de legitimación de la recién creada autonomía. Clemente es responsable de una manipulación histórica al nivel de la registrada en Cataluña por su gobierno autonómico, ese que critica Rivera. Es cierto que en tal labor propagandística colaboraron profesores y departamentos universitarios, pero no lo es menos que sin el dinero de la Fundación no hubiese sido posible torcer las académicas conclusiones de los docentes afectos.

Clemente no ha brillado por su accesibilidad, negando la entrevista solicitada por algunos grupos que lo intentaron a través del registro de las Cortes autonómicas. Además pesan sobre ella dudas sobre con qué dinero reformó una casa o sobre cómo se adjudicaron subvenciones a empresas de su pareja. Tampoco la forma de marchar de su partido ha resultado ejemplarizante.

En esas condiciones ha sido fichada por la dirección nacional de Ciudadanos, lo que dice poco de los principios de regeneración pública de Rivera. Éste es el mentor de la señora en cuestión, icono que da su ser a un partido que no se entiende sin él. Quizás las ambiciones de poder de Rivera y de Clemente sí sean parecidas, ya que se ha conocido que en el PP no contaban con ella, y aquél está echando el resto para gobernar sin importar –ha quedado claro– a lo que tenga que recurrir: lo mismo mueve a Arrimadas que se alía, aunque se ponga de perfil, con Vox.

Ciudadanos en León tiene una reacción dividida. Si la cabeza de lista en el ayuntamiento de la capital está a favor de lo que diga Rivera (de hecho probablemente no le importa a quién proponga Rivera sino que lo proponga él), la segunda se deja ver apoyando al candidato alternativo, un hombre con la imagen más limpia, coherente con el mensaje mantenido hasta ahora con la formación naranja.

Falta por explicar cómo es posible que por una parte se diga en Ciudadanos que no creen en las regionalidades y nacionalidades de España, por otra que reconocen a Cataluña (dicho en la sede de las cortes de Valladolid), por otra que no reconocen al Pueblo Leonés (dicho allí mismo a los miembros de una plataforma) y por otra cómo pueden reclutar a la mayor potenciadora del nuevo nacionalismo de Castilla y León, creado exnovo a golpe de talonario y catedrático bien pagado.
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