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Ciudadanos descontrolados

14/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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La crisis originada en Ciudadanos por el caso de las primarias entre Clemente e Igea ha dejado al descubierto aspectos menos conocidos del partido Ciudadanos. Uno de ellos es las dudas que genera su sistema de votación. Si alguien puede meter sin obstáculos 80 votos desde su dirección de internet es que el sistema carece de controles fiables. Sería similar a lo acontecido en el remedo de referéndum de los independentistas catalanes que tanto critica Rivera.

La otra posibilidad para colar los 80 votos es que no haya acceso para actuar de esta manera fraudulenta porque el sistema informático de votación lo controle y limite. Si éste es el caso, alguien que tiene el control del sistema, quizás la dirección del partido, permitió el ingreso de los votos fraudulentos a favor de Silvia Clemente.

La verdad es que no sé cuál de las dos posibilidades es peor. Además, a la vista de lo que ha pasado, parece que se sabe a quién vota cada militante. De eso se deduciría que en Ciudadanos no hay voto secreto. En otras palabras, la dirección sabría quiénes le han apoyado y quiénes no, una herramienta de presión sobre la militancia para que asuma las directrices del jefe. Y si trasladan esto al resto de autonomías en liza, las dudas llueven sobre este partido.

Otro aspecto que ha quedado al descubierto en estas primarias de Ciudadanos es que hay dos almas diferentes. Por una parte están los militantes con una definición ideológica clara: liberales, que creen en la reducción del papel del estado como solución política y que claman por la regeneración de la vida pública como máxima. Por el otro lado hay una mitad del partido seguidista, sin criterio propio, que obedece a lo que marque Rivera, sea lo que sea. Supongo que en tal actitud se integran los que aspiran a un puesto en las listas en el que, a la vista de lo sucedido, la dirección tiene mucho que decir.

Alguien podía apoyar por propia decisión a Clemente dentro de la militancia de Ciudadanos, pero más alineado con el tacticismo y la falta de criterios ideológicos que otra cosa a la vista de lo que va conociéndose. Clemente ha sido partidaria de Mañueco en las primarias del PP. Por lo tanto no se trata de una política neutral. ¿Qué habrá pasado para que experimente ese cambio de posición?

Por su parte afines del PP están destapando casos de supuestas irregularidades de Clemente en su etapa de consejera. ¿Qué responsabilidad tienen esto vengadores? Si estaban en el PP y lo sabían ¿se les puede considerar cómplices? Y en última instancia, ¿no son responsables políticos quienes mantuvieron así a Clemente en la primera línea de la política autonómica?
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