noemi4.jpg

Chorar os montes

23/07/2022
 Actualizado a 23/07/2022
Guardar
Con su permiso, tomo el título de esta columna de una publicación de la pintora Reme Remedios que se planteaba retitular así una obra que hizo hace años y que ahora veía distinta, con los ojos escocidos por el humo de los fuegos que han ardido -y arden aún- en los bosques de Galicia y del Bierzo, sus dos matrias.

Algo que me gusta de las pinturas de Reme Remedios es su capacidad de sugerencia, porque su significado no se desvela totalmente. Siempre hay una parte que se entiende, o que cada cual entiende a su modo, pero que no es fácil de explicar. En el dibujo de Reme Remedios hay un hombre casi envuelto por una sombra o por un animal negro o no se sabe bien qué, y de este hombre nacen unos cuernos como los de un ciervo. De uno de ellos caen siete lágrimas, la última azul. También hay un animal blanco y, bajo todo ello, un suelo negrísimo. Un suelo quemado, diría ahora.

Reme Remedios es una de las artistas que ha estado estos días en los talleres Cian de Fabero, que se hacen en parte en las antiguas instalaciones mineras del pozo Julia y que coordina Tomás Bañuelos. Han recibido clases de Antonio López, Félix de la Concha, Pablo de Arriba y Soraya Triana.

Esta pintura y su nuevo título me han ayudado a empezar a escribir de algo que ya entró este mismo lunes por la ventana abierta frente a la que escribo. Eran las cenizas de los incendios de los montes del Bierzo, que en las horas siguientes obligarían a desalojar a muchas personas de sus casas. Había entonces una luz amarilla que flotaba como una maldición y no sólo el olor del humo hacía llorar por los montes.

También incendios en Zamora, en Ávila, en Salamanca. En Zaragoza, en Guadalajara, en Barcelona. Y, en días anteriores, en las maravillas de Las Hurdes y Monfragüe, en Cáceres. Dicen las estadísticas que es el peor año de incendios en veinte años.

Altas temperaturas y sequía, sí, pero también hay una responsabilidad política en la gestión de las brigadas forestales y en la atención a los bosques durante todo el año que debe revisarse a fondo. Arden los montes y también ardemos de rabia.
Lo más leído