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Choleck y Relec

20/09/2020
 Actualizado a 20/09/2020
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Mañana se acaba el verano y apetece despedirlo recreándonos en esas costumbres tan veraniegas que son las frases bucle. Fenómeno este que de tan privado puede ser que no rija más allá de mi círculo de amigos y familiares, pero el cual se mantiene lozano cuando la canción del verano se marchitó hace ya años.

Era crío y llegaba mi tío de vacaciones y vacilaba una y otra vez a mi abuela con su buclecito de estío: «Sabina, ¡no somos nadie! Y en bañador… ¡ni se nos ve!». O iba yo de campamento y el mayorón del grupo a todo quisque y en cualquier momento le chascaba los dedos y le bufaba: «Que no, que no, que no todo el monte es… ¡orégano!». Ambas cantinelas, como muchas otras, estaban basadas en dichos populares, por lo que podrían considerarse folclore. Pero algunos hemos elevado el fenómeno a la categoría de arte, haciendo bucles con frasecitas para nada manidas y muy estúpidas.

Volví en agosto a la comarca alicantina de la Marina Alta de vacaciones después de haber estado con diecinueve años en el tremendo veranazo de 2001. Y han querido las circunstancias (o el azar, el destino, dios o el karma) que el bucle de estas vacaciones esté fonéticamente emparentado con el de entonces. Maravilloso. Si de aquella el estribillo fue «Tómate, tómate, tómate otro… ¡Choleck!», ahora ha sido «Este es un evento patrocinado por… ¡Relec!». Imagínense la turra, lo molesto que puede llegar a resultar escuchar cualquiera de las anteriores diez o doce veces al día, a traición y volumen medio/alto, y se harán una idea aproximada del suplicio al que someto a mi entorno en cada escapada vacacional.

Habrá a quien le importen un pito los sentimientos de mi entorno y ahora mismo esté repitiendo ya en bucle, como poseído, alguna de las absurdas frasecitas. Habrá quien se imagine dorsales de la camiseta de la selección croata con las calcas de Choleck y Relec. Habrá quien les ponga cara de sicarios albano-kosovares. Y habrá quien no le vea puto sentido, ni maldita la gracia por ningún lado a ofrecer insistentemente un batido valenciano de chocolate y a agradecer el patrocinio del antimosquitos catalán.

Lo importante es participar.
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