"Chaplin y Lubitsch dieron a Hitler donde más le dolía"

Juan Echanove dirige y protagoniza la adaptación escénica de la gran comedia ‘Ser o no ser’, que el cineasta alemán afincado en Hollywood realizó en 1942. Este viernes se sube al escenario del Auditorio de León

Joaquín Revuelta
23/03/2023
 Actualizado a 23/03/2023
La compañía del matrimonio Tura en  la ciudad de Varsovia de a finales de los años treinta y con la amenaza del nazismo en Europa. | SERGIO PARRA
La compañía del matrimonio Tura en la ciudad de Varsovia de a finales de los años treinta y con la amenaza del nazismo en Europa. | SERGIO PARRA
En esta ocasión es el cine quien proporciona el argumento a su hermano mayor el teatro.  Juan Echanove se ha atrevido nada menos que con una de las grandes comedias del Hollywood clásico, ‘Ser o no ser’, que Ernst Lubitsch, director judío- alemán emigrado a Estados Unidos a mediados de la década de los treinta, realizó en 1942 a modo de  parodia antinazi cuya acción se sitúa en Varsovia, pocas semanas antes de la invasión de Polonia por las tropas de Hitler. Una compañía teatral polaca regentada por el matrimonio Tura (Juan Echanove y Lucía Quintana ante el reto de emular las magistrales interpretaciones de Jack Benny y Carole Lombard del original) decide poner en escena la obra ‘¡Gestapo!’, pero la prohibición del estreno por parte de las autoridades polacas obliga a la compañía a retomar las funciones de ‘Hamlet’. Cuando la invasión se convierte en una realidad, el arte de la suplantación propiciará no solo la huida de la compañía a la tierra de Shakespeare sino que desbaratará un plan de los alemanes para acabar con la Resistencia. Entre medias, un joven aviador de la RAF pondrá a prueba la estabilidad sentimental del matrimonio artístico.

Como explican Juan Echanove y Bernardo Sánchez, responsables directos de esta lograda adaptación del clásico lubitschiano, «la gran comedia se sirve así del arte de la representación, de la risa, del teatro enfín, para defenderse de la falsedad y del abuso de poder. Chaplin y Lubitsch, en tiempo real y jugándose el tipo, le dieron a Hitler donde más le dolía, usurpándole el bigote en que se resumía su figura. En la genial ‘Ser o no ser’, y con Shakespeare como única arma».
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