Chapas y limonada

Desde el pasado sábado se notaba en Valencia de Don Juan la presencia de no pocos visitantes que han madrugado a la hora de empezar las vacaciones de Semana Santa al abrigo de la buena climatología que parece va a continuar. La Coral Coyantina fue la encargada de abrir el apretado calendario de actos religiosos que se desarrollarán hasta el próximo domingo y que se inició con el brillante pregón acaecido en la Casa de Cultura. Así, entramos en fechas de procesiones excepcionales preparadas por la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad y la Hermandad de Jesús de Nazaret, grupos que cada año aportan un importante trabajo que se traduce en la brillantez de los pasos para los que se reclama la declaración de interés turístico-cultural. También son días de descanso, degustación de limonada y roscas de pan artesanales preparadas con mucho esmero en los obradores locales. Mención especial merecen los corros de chapas venidos a menos por la falta de liquidez en los bolsillos de los ciudadanos pero que conservan ese atractivo especial que supone jugarse los dineros a cara o cruz tirando al aire antiguas monedas de bronce en el centro del círculo formado por los apostantes. Cabe recordar los cambios que se han venido produciendo en las fechas de Semana Santa y de los escasos pasos o imágenes que se procesionaban por calles y plazas coyantina y se han multiplicado en número y brillantez.

También se ha producido un cambio en el panorama cinematográfico y se recuerdan las escasas películas que se permitían proyectar en fechas de Cuaresma y que se repetían cada año como Espartaco, Ben-Hur, La Caída del imperio romano, Molokai y otras dedicadas casi exclusivamente a la muerte y resurrección de Jesús. Los aficionados al séptimo arte pueden ver en los multicines Coyanza de Valencia de Don Juan los estrenos más novedosos en las mismas fechas que se estrenan estas películas a nivel mundial en capitales importantes. También se abren las puertas de pubs y discotecas a diario porque desde hace años los jóvenes no tienen que esperar durante toda una semana que acabe el calendario de procesiones para divertirse bailando hasta altas horas de la madrugada mientras que costaleros y portadores recorren lentamente los itinerarios procesionales. Ahora la Semana Santa no es peor ni mejor. Es diferente.