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Cerrado por pandemia

03/02/2021
 Actualizado a 03/02/2021
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Cerrada, murió hace años. Cerrada, marchó a vivir a la ciudad con los hijos. Abierta, volvieron después de jubilarse. Cerrada, solo vienen en verano. Cerrada, falleció hace nada, iba por los 94. Abierta, un matrimonio de más de 80 años. Abierta, otra pareja, en este caso con unos hijos que han querido seguir los pasos de sus progenitores en la agricultura y la ganadería. Cerrada, ya ni se sabe desde cuándo está en ruinas. Cerrada, la culpa es del virus. La de al lado, abierta y en cuarentena.

El recorrido por las calles del pueblo es un paseo minado de ausencias y huidas, pero también de presencias a las que hay que dar un futuro. A las causas habituales del vacío se suma ahora la nueva modalidad de ‘cerrado por pandemia’, un mal capaz de cerrar puertas y ventanas a cal y canto como si fuese el mismísimo demonio de la despoblación. Uno mata, el otro deja morir. Se conjugan mal estos dos acompañantes traicioneros y lo vemos estos días allí donde han llegado las medidas «excepcionalísimas» que en el caso de León se trata, por lo general, de pequeños municipios expertos en el arte de resistir. Llega esta nueva normativa, con actualización semanal, para combatir la pandemia de la covid-19 y lo hace cerrando bares que ya estaban cerrados porque pocos pueden mantener el negocio solo con una terraza abierta a menos cinco grados centígrados. Si hablamos del comercio, tenemos que hablar del esencial, del que funciona a golpe del toque de timbre. En medio de todo esto hay personas que tienen que salir de casa, protegidas y protegiendo. Lo hacen a pesar de cargar con fiebre, tos, dolor de piernas, vómitos... Lo hacen porque cuidan de unos animales que poco saben del tinglado que tenemos montado los humanos. Pero esos bichos dependen de ellos y hay que cumplir con sus horas de comida y con susciclos de reproducción. Pase lo que pase.

Ha quedado claro que si las administraciones quieren pueden dictar medidas «excepcionalísimas». Lo han hecho por un virus que mata. Han llegado tarde, con poblaciones enteras en cuarentena tras haber salvado la Navidad. A ver si algún día tienen el arrojo de combatir el otro virus, el que deja morir.
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