Cerrado por falta de pecados

20/01/2021
 Actualizado a 20/01/2021
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Uno de los más singulares predicadores que se recuerda en esta tierra fue un cura ganadero, que apacentaba almas y cabras a la vez con desigual fortuna, al que le gustaba en los sermones ir a lo concreto y le hablaba a la feligresía de lo que realmente importa. «La Virgen nuestra patrona, ya lo sabéis, es lo más grande que hay, no hace falta que os lo diga cada año, bien lo sabéis. Pero lo que también sabéis es la poca vergüenza del Gobierno con los precios que nos ha puesto para la leche...» y así seguía, a lo que importa, hasta que el amigo que le llevaba en el sidecar de la moto pitaba en el atrio del templo. «Podéis ir en paz, que tengo otra misa en media hora».

Una de sus anécdotas más repetidas —tiene cientos — cuenta que uno de esos días que se enredó en lo que realmente importa pitó el del sidecar y cortó por lo sano: «Podéis ir en paz».

– No se puede marchar así; queríamos confesar; le protestaron.

– Me parece muy bien, pero para pedir confesión es imprescindible haber pecado antes y, la verdad, no os veo en condiciones;argumentó viendo la edad media superior a los 80 de aquella menguada feligresía femenina.

Algo parecido debe ocurrir en Valdemora, que también se va quedando sin gente hasta para hacer pecados y quedan hasta los confesionarios en huelga de pecados caídos, que ya es lo que nos faltaba.
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