17/03/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Los celos, según definición, son "una respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera propio. Comúnmente se denomina así a crear una posibilidad que induce sospecha o inquietud de que la persona amada preste atención en favor de otra. También se conoce así al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona". Me crea especial alarma esta palabra, pero más aún cuando se la asocia con términos como "considerar a alguien como propio" o "envidia hacia el éxito de otra persona". Todo en sí mismo me deriva a pensamientos muy tóxicos que, cuanto más lejos, mejor. Es una auténtica desgracia ser una persona celosa. También estar cerca de una, pero especialmente serlo. Porque os voy a decir una cosa que igual todavía no sabéis: los celos te destruyen a ti. Sólo a ti. Pero cuando ya se sobrepasa esa línea entre la cordura y la locura por pensamientos irracionales que probablemente esa persona no pueda dominar, ocurren cosas terribles como la que acabamos de vivir con el pequeño Gabriel. Me invade una pena tremenda sólo de pensar el miedo que tuvo que pasar en ese momento. Y me hace reflexionar sobre mi propio entorno, las relaciones personales, la gente que se te cruza en el camino y la necesidad de saber apartar todo aquello que nos hace daño. Quién te diga que él o ella solo es ‘un poco celoso’ será seguramente el que te fisgue el móvil, se meta en tu Facebook o te chantajee para que esa noche no salgas. El que intente desacreditarte, decirte que tu trabajo no es tan bueno, el que intente que no brilles pero nunca te eche una mano para mejorar... no es un buen compañero y nunca jamás lo será. La envidia y los celos nos tiñen el alma de negro. Y realmente me da mucha pena la gente que no puede superar esos sentimientos, porque necesitan ayuda. Ayuda de verdad. Y para todos los que al pensarlo detectéis que hay alguien cerca de vosotros que es ‘un poco celoso’, no lo toleréis, nunca. Y no penséis que no es tan grave. Porque es una de las peores cosas que puede sentir el ser humano.
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