16/07/2023
 Actualizado a 16/07/2023
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Una veintena de localidades leonesas celebran estos días las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora del Carmen. Una de ellas tiene lugar en Cea. El pregón de este año ha salido de la boca de Marcelino Fernández Ibáñez, Presidente de la Asociación de Amigos del Patrimonio. Promonumenta. Como todos los años, no faltan los fuegos de artificio, música, guirnaldas, bambalinas y actos religiosos. Pero, ‘post festum, pestum’, porque Cea no deja de ser una de las muchas localidades leonesas que han sufrido la sangría de la despoblación. En 1930 llegó a tener 1.229 habitantes. Hoy no pasan de 389.

A Cea la baña un río que lleva su mismo nombre, caso homónimo poco frecuente. Me viene a la mollera alguno, siempre de pequeña población, en los que el hidrónimo coincide con el topónimo, como el río Carrión y Carrión de los Condes. Pero, hablando de grandes poblaciones, ni en España ni en ningún otro lugar del mundo existe tal homonimia. Guadalquivir, Tajo, Tormes, Duero, Bernesga, Sena, Tiber, Támesis, Danubio, Río de la Plata, Nilo..., por poner algunos hidrónimos que no dan nombre a las localidades que surcan, esto es: Sevilla, Toledo, Salamanca, Zamora, León, París, Roma, Londres, Viena, Buenos Aires, El Cairo.... Existen varias hipótesis sobre la procedencia de Cea. Se ha definido su nombre como sinónimo de ‘abismo’, ‘sima’ u oquedad del terreno, por los pozos que forma el río en su fluir, derivando de una base indoeuropea ‘kei’, equivalente a ‘foso’, ‘hueco’ o ‘profundidad’.

Sin embargo, la etimológica más socorrida es la que relaciona Cea con la ciudad astur de Gigia, lugar que Ptolomeo situaba en sus tablas entre Bergidum y Maliaca. En realidad, la evolución de Gigia (long. 11, 50 – lat, 43,45) en Cea, además de estar documentada (Nodicia de kesos), se explica filológicamente por la transformación de la inicial g- en c- y la pérdida de la -g- intervocalica, dando lugar ‘cegia>ceia>cea’. No lejos de Cea, existe el topónimo Gigosos de lo Oteros que puede corresponder a gentilicio conservador de gentes ahí establecidas relacionadas con Gigia. También cabe la posibilidad de que Cea derive de los vaceos, pueblo prerromano situado en el sector central de la cuenca del Duero y que abarca una parte norte en donde se asienta. Otra hipótesis es que exista alguna relación de Cea con los lancienenses, una subtribu astur situada a orillas del río Astur (Esla), cuyo centro principal era la ciudad de Lancia, la mayor aldea prerromana por esos lares, según Dion Casio.

Respecto a su palmarés histórico, Cea fue urbe importante durante el medievo, pues en ella veraneaba la reina doña Urraca I de León, conservándose las ruinas de la casa donde moraba. Más tarde, Felipe III concedió a Cea la titularidad de Condado y, posteriormente, el de Ducado por el Conde de Lerma. Su notable castillo, hoy lamentable ruina al borde del abismo, fue plaza fuerte de importancia estratégica hasta la unión definitiva de León y Castilla en el siglo XIII. Julio del Campo extrajo de él numerosas piedras para la construcción de la Iglesia de Santa María.

A Cea le falta un gentilicio. ¿Acaso ‘ceatinos’? No. Es como si a los de Creta los llamásemos ‘cretinos’. ‘Ceanos’, tampoco, por su final escatológico. ¿’Ceaenses’?. Puede. Que sus propios moradores lo resuelvan.

Como colofón, Cea es también apellido, en algún caso ilustre, como el político y diplomático Francisco Cea Bermúdez. Y un montón de acrónimos. Nació en Cea Margarita Ramos, la atleta que ha lanzado el peso a 17,85 metros, la tercera marca española. Ahí queda eso.
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