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Causas sobrevenidas

27/03/2023
 Actualizado a 27/03/2023
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El motivo aducido por el Ministerio de Educación para justificar la pérdida de 25 millones de euros procedentes de fondos europeos y destinados a ONC y cursos de formación ha sido así de simple: causas sobrevenidas. ¿Y el motivo por el cual el anciano y prestigioso defensor de las libertades, profesor Tamames, se haya prestado a representar a Vox en el Congreso de los Diputados? Causas sobrevenidas debieron ser.

Casi valía más que los de Educación lo hubieran dicho antes de acierta lo que quiso decir o que los europeos dárselo a las de los ERE, o a los de Canarias del Tío Berni, que esos sí que saben cómo invertir el dinero en causas de de mucha necesidad. O que Tamames reconociera que había sido Sánchez Dragó quien lo embaucó en ese mamoneo, porque no tenía otra cosa que hacer. Todo antes de inventarse unas causas sobrevenidas, que ni ellos mismos saben lo que son.

La hermana pequeña del cronista, a pesar de no ser política ni profesora de universidad, y mucho menos luchadora por las libertades, como no fuera la de ‘vaguear’, era mucho más explícita para buscar causas veraces a su desinterés; y cuando la madre le ordenaba llevar las vacas a pacer al Charco, ella protestaba: Que lo haga mi hermano que sabe mejor. Yo eso del Charco no sé ni dónde está. Eso está muy bien; porque siempre deja un resquicio; y si te dice: pues a ver si lo aprendes ya, puedes ponerte en jarras y decir. ¡Sí, claro, eso mismo pensaba yo!

Aunque, una vez metidos en harina, nos puede suceder lo que al profesor Tamames, cuando se vio obligado a soportar la chanza del ilustre diputado catalanoparlante de nombre Rufián, estirado y venido arriba hasta el puto de citar en latín aquello de ‘Cartago delenda est’ y le reprochó su actitud diciéndole que «a veces detrás de la sabiduría se esconde simple una miseria moral»; frase que quedará, sin duda para la posteridad, sin que, probablemente ni el mismo al que se le ocurrió consiga saber a ciencia cierta lo que quiso decir.

Pero, de todas formas, la primavera ha conseguido llegar una vez más, e instalarse entre nosotros con todo su arsenal de flores y colores blancos y rosas, proporcionándonos un motivo real y tangible para encarar lo que queda hasta las elecciones con toda la paciencia y la socarronería necesarias para no ponerse a temblar. Ya podemos ver las caras de los perdedores, preguntándose: ¿Pero qué es lo que ha podido suceder, si pusimos toda la carne en asador? Causas sobrevenidas ¿Qué otra cosa pudo ser?
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