25/09/2017
 Actualizado a 13/09/2019
Guardar
Ya sé que todos están muy preocupados por la cuestión catalana; pero entre León y Cataluña existe un camino de ida y vuelta concurrido y singular. Tanto que, desde 2008 acá, son unos 4.500 los leoneses que han partido para Cataluña en busca de un futuro que León no les da, y 4.700 los que regresaron a sus abandonados hogares leoneses procedentes de aquella tierra que los acogió. (9 individuos a la semana en un sentido y casi 11 en la contraria dirección)

En Cataluña, con el otoño llegó la intranquilidad. Aparecieron pintadas contra el escritor Juan Marsé tildándole de ‘Renegado’ y la palabra Botifler sobre páginas de sus libros en las bibliotecas. El gran Muñoz Molina, sale en su Posted en defensa de Marsé y dice, acusando a los acosadores: «Los héroes de la libertad de los pueblos, no sienten el menor interés por la libertad de las personas».El Nobel Vargas Llosa lamenta la situación: «Cataluña retrocede a un provincianismo sin pies ni cabeza». Hasta Serrat, paradigma del catalanismo antifranquista, discrepa hoy sobre el referéndum convocado para el 1O.

Jóvenes separatistas queman vehículos y perturban el orden; masas de nacionalistas toman las calles y mozos de escuadra protegen a la guardia civil. Ya existe una palabra: ‘Butifarraborroka’, que, aunque resulte impronunciable, bien define lo que se pretende y mucho aclara sobre la situación. Son grupos que buscan protagonismo y que se apuntan a lo de; cuanto peor, mejor. Y que, al decir de Muñiz Molina. «Para mantener siempre su pureza necesitan enemigos exteriores y chivos expiatorios». Y tanto les da que estos sean personas que han acreditado su personalidad en dura lucha contra todas las dictaduras y que mantienen en alto la bandera de la libertad. Al fin, la CUP se hace dueña de la situación, imponiendo su lema libertario: «Sin desobediencia no hay independencia». Aunque algunos ingenuos, como Guardiola, todavía sigan creyendo que tan solo pretenden votar y que de la de independencia, de momento ni hablar.

Los carteles de los separatistas lucen por todas partes, y nos incitan a «Votar para ser libres» Pero, a estas alturas de todas las revoluciones, tanto burguesas como proletarias, todos a una edad sabemos que votar no significa automáticamente libertad, pues también se vota en la Venezuela, y en los USA también se vota, también; pero la verdadera libertad nace en otras fuentes, y el ser o no ser libres depende de otras premisas que no vamos ahora a analizar.

Imaginarse una libertad en Cataluña bajo los nacionalistas, Junqueras y Puigdemont, jaleados por la CUP, es calvario que muchos, desde la izquierda, evitaríamos, en caso de poder.
Lo más leído