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Castilla y León y España

25/01/2022
 Actualizado a 25/01/2022
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El adelanto electoral en Castilla y León ha hecho posible que seamos objeto de infinidad de informativos y tertulias a nivel nacional. No solamente se decide el futuro de nuestra comunidad autónoma, sino que muchos lo miran en clave que rebasa nuestras fronteras regionales, como un plebiscito. Los que opten por la continuidad del gobierno de Sánchez al frente de la nación se entiende que no deberían votar a las derechas. Los que quieran que se vaya deberán dirigirse fundamentalmente al PP y a VOX. El riesgo de votar partidos bisagra es que no se sabe por dónde van a tirar y el votante puede llevarse la sorpresa de que su voto ayude a llevar al poder a su adversario.

Si las encuestas no fallan, parece que solamente uno de los partidos que concurren tiene la posibilidad de alcanzar la mayoría absoluta. Ello tiene sus ventajas y le hace más fácil la gobernanza, pero también puede tener consecuencias. No es ningún secreto que el PP quiere esta mayoría para desentenderse de VOX. La izquierda le echaría en cara pactar con esta formación y, además, les resultaría incómodo. Pero no deberían olvidar que VOX es un hijo del PP, que se ha ido de casa, decepcionado por algunos comportamientos paternos.

La derecha, en teoría, ha defendido determinados valores a la hora de legislar y gobernar, aduciendo a su inspiración en el humanismo cristiano, reprochando a la izquierda el hacer lo contario y prometiendo el cambio. Aunque también a la izquierda le gusta hacerse fotos con el Papa. Pero, cuando la derecha ha llegado al gobierno, han dejado todo igual. Pongamos algún ejemplo fácil de entender. Decían oponerse al aborto, pero, llegado el momento, sea por cobardía, por complejos, o porque son sumisos a oscuros poderes supranacionales, no se atreven a defender el derecho a la vida de los más débiles. Dígase otro tanto de la ideología de género o de las leyes de Memoria Histórica, o de algunas cuestiones relativas a la educación… Por estas y por otras muchas razones son muchos los electores del PP que se han sentido traicionados.

Es un error muy grande centrarse solamente en la economía, por muy bien que ésta funcionara. No solo de pan vive el hombre. Las ideas y los valores también son importantes. Por supuesto que todas las formaciones prometen cosas que no podemos poner en tela de juicio. Nadie puede negar el valor de que todos tengan un trabajo digno, un sueldo justo, una vivienda decente, una educación adecuada, una sanidad eficiente… Pero esto no lo es todo.
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